La norma que cita Nin Novoa establece que para aprobar las venias de los directorios de entes autónomos y servicios descentralizados se necesita una mayoría especial de 3/5 del Senado y, en caso de no alcanzarla, el Poder Ejecutivo puede reiterar la solicitud después de un plazo de 60 días y aprobarla con una mayoría simple de esa cámara. Por esos requerimientos, Nin Novoa advirtió que, en caso de que Luis Alberto Lacalle gane en la segunda vuelta, blancos y colorados no contarían con los 16 votos en la cámara alta (con la vicepresidencia llegarían a 15) para cambiar la integración de las empresas estatales. “La situación de nuestros adversarios es muy crítica, porque ni siquiera pueden nombrar por sí mismos a los directores de empresas públicas, entes autónomos y servicios descentralizados […] Es un problema grave para mí, porque en el Banco Central, en el Banco República, ¿quién va a tener la mayoría? Nos correspondería a nosotros”, aventuró Nin Novoa.

Para evitar ese escenario, el vicepresidente propuso buscar acuerdos políticos que permitan eliminar el balotaje en caso de que una fuerza política obtenga la mayoría en primera vuelta. Planteó, además, que mediante una Asamblea Constituyente se establezca que los comicios nacionales y municipales sean el mismo día, para acortar el ciclo electoral.

¿O qué te pasa?

Las ideas que manejó el vicepresidente en el Palacio Legislativo no cayeron en gracia en la oposición, que las calificó, entre otras cosas, de inoportunas. El senador Francisco Gallinal (Unidad Nacional), por ejemplo, no sabe qué le pasa a Nin Novoa. “Si sale con eso ahora será porque tiene miedo de una derrota el 29 de noviembre. Es raro que diga eso, antes no se asustaba tanto. Cuando estaba de este lado [se refiere al PN] era bastante más corajudo, no sé qué le pasó”, ironizó.

De todas formas, Gallinal es partidario de introducir cambios en el sistema electoral, pero habría que empezar a estudiarlos después de las municipales de mayo. “Seguramente sea posible llegar a consensos, por ejemplo, para acortar el ciclo. Sería importante laudar estos temas sin necesidad de llamar a plebiscito”, propuso el representante de Unidad Nacional.

En Alianza Nacional coinciden en que el vicepresidente lanzó la idea a destiempo. “No se pueden discutir las reglas de juego en medio del partido. Pensamos que el sistema necesita cambios profundos en su conjunto, incluyendo que no podemos tener dos años de elecciones, pero esas cosas hay que discutirlas fuera de este cronograma”, opinó Pablo Iturralde, diputado de ese sector. También aprovechó para referirse en duros términos a la figura del ex intendente blanco de Cerro Largo. “Hoy, como puede ser gobierno el FA, estoy con el Frente, y mañana, como hay una dictadura, me pongo a jugar al polo con los militares”, aludió.

Iturralde piensa que la tesis de Nin Novoa es errónea porque refiere a un Parlamento “obediente y dócil” a los mandatos del Poder Ejecutivo, y no como un espacio de contralor. “Además él no es representativo del FA, porque salió electo senador de prestado en una lista común [por el Frente Líber Seregni], y su sector sacó apenas un diputado [por el fernandino Pablo Pérez]. No creo que los demás grupos estén dispuestos a poner al país en la situación que imagina Nin Novoa”, replicó.

Por su parte, el diputado electo por el Partido Colorado Fernando Amado (Vamos Uruguay) dijo que “no es atinado” discutir temáticas “tan profundas” a menos de 10 días del balotaje. “No se puede tirar ideas para llenar el rato, porque estamos hablando, ni más ni menos, de reformar la Constitución y modificar el sistema electoral vigente. Es una discusión para dar más adelante”, apuntó. En cuanto a los nombramientos en las empresas públicas, Amado confía en que el sistema político “pueda agotar todas las instancias de acuerdo” para cambiar su integración, en la hipótesis de que Lacalle logre la presidencia. “No hay que descartar que, independientemente de cuál sea la fórmula ganadora, se pueda superar esta etapa de confrontación política, y pensar en grandes acuerdos, que en definitiva es lo que la población necesita”, opinó.

En el oficialismo, en tanto, la línea argumental que maneja Nin Novoa para justificar los cambios en la carta magna se viene manejando desde hace algún tiempo. El senador comunista Eduardo Lorier vaticina que los cambios en el sistema electoral serán “temas claves y prioritarios” en una Asamblea Constituyente. Incluyó allí la eliminación del balotaje para cuando se logren mayorías, el voto epistolar y el “disparate uruguayo” de tener dos años con elecciones. “A quienes están dedicados a tareas ejecutivas todo este largo ciclo les termina consumiendo un tiempo precioso para otras cosas”, reflexionó.

Lorier piensa que los requerimientos del artículo 187 implicarían, en caso de un gobierno presidido por Lacalle, llegar a un escenario de “peligro grave para la dinámica” del Uruguay. “Ellos ni siquiera pueden nombrar con mayorías simples. Sería el país del trancazo o del decretazo”, alertó. La senadora Mónica Xavier (Partido Socialista) recordó que su sector siempre se opuso al sistema de balotaje porque es “demasiado exigente”, y por eso sería conveniente discutir su eliminación en el futuro.