Muchos pasajes del libro, que se presenta hoy, están dedicados a la relación de Magurno con Tabaré Vázquez, incluyendo un capítulo titulado “El jefe del presidente”. Más allá de ese vínculo laboral, que continuó durante el período 2005-2010, Amado habla de un “cariño recíproco” y también de una “mutua conveniencia”.

Asegura que Magurno “actuó muchas veces como puente” entre el ex presidente y otros intereses, por ejemplo, con la secta Moon. Ese acercamiento, según la investigación, incluyó una donación efectuada por el reverendo Moon al programa de Salud Bucal Escolar, cuya comisión honoraria presidió María Auxiliadora Delgado de Vázquez. “El relacionamiento con Vázquez lo hizo Magurno. Vázquez confía mucho en él”, reconoció Jorge Charleta Guldenzoph, referente del grupo, consultado para el trabajo. El entrevistado asegura que el movimiento de origen coreano “le donó una lancha” al ex presidente, que siempre se portó “impecable” con el reverendo Moon, con quien se entrevistó en 2005.

El trabajo de Amado recopila otros episodios vinculados al lazo Magurno-Vázquez: la ratificación de Graciela Otonello como contadora general de la Intendencia de Montevideo, la férrea defensa del director de la Española en las presuntas irregularidades en el Instituto de Oncología y el nombramiento del colorado Miguel Ángel Toma en la Secretaría de Presidencia.

Amado asegura que Magurno asistió en 2004 a la iniciación de su hijo, Álvaro Vázquez en la masonería, y que cuatro años después -en la que habría sido su última visita a la sede de la calle Mario Casinoni, participó en la del presidente de Cutcsa y directivo de la Española, Juan Salgado. La presencia del hijo de Vázquez en la logia Ariel provocó algunos desprendimientos (incluyendo al ex ministro de Defensa, Yamandú Fau) y “distorsiones” en su funcionamiento, según revela esta investigación. “No era culpa de Álvaro, era culpa de todos los que fueron ingresando y se peleaban para acercarse al hijo del presidente en busca de algún beneficio. Se había transformado en un comité de base”, marcó un “masón de jerarquía” entrevistado por el autor, antes de agregar que también integran esa logia el ministro de Industria, Roberto Kreimerman, y el presidente de AFE, Alejandro Orellano. “Magurno nunca entendió lo que es ser masón. A pesar de eso, en la masonería siempre han estado encantados con él, por su disposición a ayudar a la institución”, explicó un “hermano” masón.

Otra faceta analizada es el “anticomunismo dogmático” de Magurno. “Mientras existió la Unión Soviética no comí ensalada rusa para evitar la sensación de estar comiendo a una pobre víctima de la tiranía leninista”, admitió Óscar en una entrevista con Puglia invita.

Hay otras perlas que lo describen muy bien. En 1986, durante el gobierno de Julio María Sanguinetti, Magurno enfrentó un conflicto con el sindicato de la Asociación Española que terminó con un plebiscito entre los funcionarios para ratificar la propuesta patronal. Esperaban el resultado en la esquina de la mutualista Magurno, Raumar Jude, Facello y otros pachequistas, cuando apareció, acompañado por otras personas, Enrique Cachete Espert, del gremio de canillitas y empresario turfístico. “Cae el Cachete con 20 monos y le dice a Magurno: ‘Óscar, acá tenemos a los muchachos para lo que sea’”, recordó Facello.

Amado sostiene que a Magurno le importaba poco si estaba en dictadura o democracia, le atribuye “colaboracionismo directo con el gobierno de facto” y concluye que sus premisas ideológicas siempre fueron “ayudar al líder”, primero a Jorge Pacheco Areco y después a Julio María Sanguinetti.

“¿Cómo un colaborador de la dictadura, pachequista convencido y un anticomunista visceral no cayó en desgracia en el diario frenteamplista La República”, se pregunta Amado Una entrevista realizada por el autor a Federico Fasano arroja algunas respuestas: “Y bueno... ¿cómo no iba a ser querido Magurno? ¡Si era el rey de las gauchadas!”, explicó el director del multimedio.

Lucas Silva

Amado por tres

-¿Cómo surge el trabajo? -Me interesé por desentrañar al personaje Magurno y comprender cómo había logrado acumular tanto poder. Y lo hizo, justamente, estando siempre cerca del poder, sin importar el signo político. Es una persona a la que nadie critica, un inimputable. Magurno representa una forma de hacer política, pero hay muchos Magurno. -¿Cuál es el límite entre el clientelismo y la gauchada? -El desafío para las nuevas generaciones es construir esa delimitación, para enfrentar injusticias. Lo digo pensando en el desamparo que viven los miles de uruguayos que no tienen políticos conocidos o “padrinos” a los que apelar. -¿Cómo definiría el vínculo con Vázquez? - Fraternal, de hermanos. Son dos personas que, mientras se tratan de usted, se sienten obligadas frente al otro a nunca tener un “no”. Es una relación de intereses. Y rechina, porque una bandera del FA siempre fue romper con estas prácticas y Vázquez se vincula con un “gurú” en esa forma de manejar la política, a través del teléfono y la vía rápida. El silencio de la izquierda ante esto siempre me generó inquietud.

El Óscar por sí mismo

1980 “Déjense de embromar con esas cosas, hay que trabajar y los enemigos son los comunistas”. Respuesta a Jorge Batlle, 15 días antes del plebiscito de 1980 y en referencia a esa consulta.

1986 “Vos sabés dónde quedan las calderas, escondelos ahí y si hay lío en el escrutinio yo te aviso, que vengan y rompan todo”. A su asesor, Guillermo Facello, durante un conflicto sindical en la Española, en alusión a unas 20 personas que llegaron con Cachete Espert para solidarizarse con la patronal.

1995 “Ojalá Uruguay tuviera muchos más reverendos Moon”. Citado por Jorge Guldenzoph, referente de ese grupo económico en Uruguay, en El País de Madrid.

1998 “Soy muy amigo, voy a la casa, me ha invitado a cenar muchísimas veces. Yo le he dicho: ‘Doctor, si el proletariado ve la casa que usted tiene aquí, lo matan. ¡Mire si viene Zabalza!”. Hablando sobre su relación con Tabaré Vázquez, en la revista Posdata.

2001 “Yo soy un patriota y trabajo por mi país. Cuando le sentí olor a comunismo a la lista 99, antes de las elecciones del 62, me fui”. En entrevista con el suplemento Qué Pasa.

2004 “Yo puedo entrar sin problemas a cualquier asentamiento y trato de repartir leche y comida para los mayores. En todo este tiempo he visto crecer niños, desde chiquititos hasta ahora que van a la escuela”. En entrevista con Crónicas, hablando de la campaña de 2000, cuando fue candidato colorado a la Intendencia de Montevideo.

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