Estamos cerrando el ciclo de nuestra primera experiencia de defensoría de los lectores. Estuvo a cargo de Darío Klein, que se desempeñó en ese cargo desde mediados de 2008. Este año Darío fue distinguido con la responsabilidad de asumir la dirección de los informativos de Televisión Nacional del Uruguay, y en la diaria consideramos que esa tarea no es compatible con la que venía desarrollando junto a nosotros, porque parece deseable que quien deba evaluar nuestro trabajo periodístico no sea, a la vez, responsable de coberturas en otro medio nacional sobre los mismos asuntos.

No era fácil elegir a la persona adecuada para la labor que realizó, casi sin precedentes en nuestro medio. Pensamos que fue un acierto proponérsela a Darío, y una suerte que la aceptara.

Queríamos alguien con conocimientos teóricos y reflexión acumulada sobre el periodismo, pero no a un académico que se refiriera solamente al deber ser, sin tener en cuenta las condiciones materiales en las que se ejerce nuestro oficio.

Necesitábamos a una persona con ese perfil pero que, como se indicó antes, no estuviera trabajando en otro medio nacional: tal combinación sólo es frecuente en periodistas retirados, y nos parecía que esa opción implicaba riesgos de una brecha generacional inconveniente con los periodistas y el público de la diaria.

Nos hacía falta, por último pero no con menor importancia, un defensor de los lectores que, contando con una base sólida para evaluar a sus colegas y con la capacidad de presentar sus reflexiones en forma atractiva, tuviera también la madurez y la humildad necesarias para resistir la tentación de lucirse, y mantuviera como prioridad de la columna el objetivo de contribuir al aprendizaje de periodistas y lectores.

Todo esto lo encontramos en Darío, y le agradecemos de corazón el esfuerzo realizado. Si no pudimos sacarle aun más provecho, fue porque la posibilidad de remunerar horas de trabajo es escasa en relación con la cantidad de áreas interesantes en las que podríamos haber incursionado.

La experiencia resultó muy valiosa, y queremos continuarla con un procedimiento del cual no conocemos antecedentes: que la defensoría de los lectores sea efectivamente de ustedes: un cargo electivo. Nuestra intención es organizar el año que viene una votación para la cual estén habilitados todos los suscriptores, con más de una candidatura, y asegurar que la continuidad de la persona elegida dependa de aquellos a quienes deberá representar.

Nos parece que esas reglas de juego son las más adecuadas para el ejercicio de la tarea, y que avanzando en terreno no explorado podremos contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a perfeccionar el modo en que se realiza un trabajo muy importante para darles calidad democrática a los medios de comunicación.

Mientras ajustemos los detalles de esa elección, que pensamos realizar después de que pase el verano, la defensoría de los lectores seguirá vacante. Como ha ocurrido en los últimos meses, cuando Darío nos reenviaba mensajes dirigidos a él, en algunos casos trataremos de dar respuesta desde la diaria, aunque no sea lo mismo. Tengamos paciencia: en esto, como en otros asuntos, nos complace haber elevado la valla y que todos estemos acostumbrados a cosas que en otros medios ni siquiera se intentan.