Igual que su contrincante colorado, Luis Alberto Ney Castillo, que también a las 19.30 en la Casa del Partido Colorado hacía su primer acto oficial de campaña, los dos candidatos blancos presentaron la identidad publicitaria que tendrán en sus campañas. La de Piñeyrúa tomó los colores clásicos de Alianza Nacional (AN), azul y verde, y sus afiches enfatizarán el contacto directo con la candidata: “Escuchame, sin prejuicios”, “Podés mirar más allá de tus ideas políticas” y “Quiero escucharte sin importar lo que votás” son las principales frases que acompañan sus fotos, que además invitan a dejar de pensar “en política” y pasar a pensar “en Montevideo”.

De sobremesa

El tono del candidato de AN fue mucho más sectorizado que el de Piñeyrúa; nombró varias veces a su grupo y a su líder, y aprovechó para pasar factura por las elecciones nacionales. Para enfatizar por qué los resultados de las elecciones de octubre y noviembre no deben ser “un antecedente claro” para las de mayo, De Haedo señaló: “En octubre hubo un menú que a todos los que estamos aquí presentes no nos gustaba, no era el menú que hubiéramos elegido nosotros, que votamos en junio para que fuera otro. Pero, víctimas de la polarización de la política, donde un candidato fue funcional a otro, quedamos un poco como el jamón del medio los que estábamos con propuestas de centro, y perdimos, y el menú quedó el peor para nosotros, para los electores, y a las pruebas nos remitimos”.

Los afiches tampoco tienen referencias partidarias, porque, según dijo la candidata y diputada electa, reflejan que “nos preocupan los mismos problemas que les preocupan a los montevideanos sin distinción de bandera, y sin distinción de partido político”. También sin referencias partidarias serán las asambleas vecinales que realizará Piñeyrúa para elaborar el programa de gobierno: “No vamos a estar en los locales partidarios, vamos a estar a cielo abierto”, dijo, y convocó a los participantes a arrimar vecinos a la primera asamblea, que se realiza hoy en la plaza Colón.

La estética de la campaña de De Haedo, en cambio, sí tendrá referencias partidarias. El candidato explicó que usará el naranja porque es “el color de Montevideo, no del Frente Amplio [FA]”, y el blanco y celeste “de nuestro partido”. La fase de reuniones con los vecinos en diferentes barrios de la capital comenzó hace dos semanas para el candidato aliancista, y, según concluyó, en todas las asambleas en los distintos barrios “los problemas son los mismos”: alumbrado y seguridad, basurales, limpieza, calles y saneamiento. Acusó que estas carencias no son “por falta de recursos, sino por falta de ganas y voluntad”, y enfatizó en particular la situación en la que se encuentran los barrios de la periferia. “Es absolutamente falso que el Frente diga que defiende a los más postergados, yo diría que es especialista en usar a los más postergados”.

Palabras menos, palabras más

En un breve discurso, Piñeyrúa reiteró algunos de los conceptos ya manejados desde su proclamación. Señaló que hay problemas “típicamente municipales que no han sido resueltos” en estos años de gestión del FA, y planteó nuevamente que no sólo hay que mirar los problemas de gestión “sino también los problemas sociales”, enfatizando que Montevideo es el departamento “que concentra más cantidad de pobres”. Insistió con su preocupación por la situación de los clasificadores de residuos y señaló que la reunión con su sindicato, la Unión de Clasificadores de Residuos Urbanos Sólidos (UCRUS) fue la “más gratificante” de las que ha tenido hasta el momento.

Instó a los dirigentes “blancos y colorados” a que “muevan la musculatura” y enfatizó que “es hora” de que los “contribuyentes empiecen a reclamar y no ver con resignación cómo pagan fortunas por los impuestos y no reciben contrapartida”. Aunque aclaró que cree que es la oportunidad de ganar Montevideo, Piñeyrúa consideró “muy importante tener una numerosa bancada de ediles que marque las cuestiones en la Junta”, y recordó que los que voten por ella tendrán “una o varias voces en el Parlamento”.

Igual que en el acto de Piñeyrúa, en que no estaba el líder de Una, Luis Alberto Lacalle, en el de De Haedo no estaba el líder de AN, Jorge Larrañaga. En su discurso, el candidato aliancista hizo mayor hincapié en su propuesta de gobierno, que, dijo, “va a incluir a quienes están en peor situación”. Reiteró que no se va a comprometer “alegremente” a bajar los impuestos, pero sí anunció que, en caso de ganar las municipales, en dos años bajaría la patente al 50%, en el marco de un “plan retorno” de vehículos mal empadronados. Remarcó que hará valer el “principio de autoridad, totalmente distorsionado a nivel municipal”.

Para De Haedo, en la elección de mayo la gente debe dejar de lado “la camiseta” y votar “un gerente, un administrador del departamento”; eso “no puede ser en base a ideología, hay que elegir al mejor”, consideró. Sobre su contrincante de la izquierda, Ana Olivera, dijo que es la representante “del partido más conservador del FA” y “la responsable de la implementación de los centros comunales zonales, que son un desastre”, y criticó que fuera “elegida por la cúpula de su partido en contra del sentimiento de la mayoría de los frenteamplistas”. En tono de confidencia, De Haedo, quien propuso debatir con todos, contó que para los primeros días de marzo el programa Uruguay decide, de Canal 4, había convocado a los siete candidatos, pero que en los últimos días desde la producción le comunicaron que Olivera “no quería ir porque había dicho que otros partidos llevaban dos candidatos”. De Haedo alegó que Olivera “no tiene autoridad para invocar ese argumento cuando en todos los departamentos del interior el FA va con dos y hasta tres candidatos”. “Yo hubiera ido encantado contra todos los que rajen”, dijo entusiasmado el economista.