Nacional priorizó la Copa Libertadores y regaló sus posibilidades en la importante tabla anual al presentar un equipo alternativo. Acevedo tomó la decisión de reservar a titulares fijos del equipo, al caso Lembo, Coates, Tata González, OJ, Matute Morales, Gustavo Varela y Regueiro. Peñarol agradecido, Fénix también.

La Copa espera con el difícil partido ante Cruzeiro en la cancha grande del Mineirão, a jugarse el jueves próximo en la ida de octavos de final. Justamente, con relación a este encuentro, y a pedido del DT, se adelantó el viaje previsto para el miércoles, y se partirá hacia Belo Horizonte mañana bien temprano.

Por su parte, Fénix dio algunas sorpresas, como que quedaran en el banco (después entraron) el buen defensa central Santiago Tabárez y el inquietante delantero Hernán Novick.

Y el Fénix que todavía aspira al vicecampeonato, el Fénix de Rosario Martínez, el que olvidó el tiempo de Julio Ribas y Luis Ronco López aunque el plantel es el mismo, se ganó el derecho a la igualdad en prestigiosa cancha ajena. Le faltaban décimas de punto para asegurar su permanencia en Primera División, y no debió esperar el fracaso ajeno. Por eso, en el final, con el empate 1 a 1 en el tablero imaginario, se dio el festejo de los abrazos y medidas efusividades de jugadores e integrantes del cuerpo técnico.

Con mucho entusiasmo también festejó su parcialidad, enclaustrada, como todos sus iguales, en un recinto ubicado detrás de uno de los arcos. El Parque Central -Nacional, en definitiva- impide a los partidarios de sus ocasionales rivales observar el partido desde una tribuna lateral, medida arbitraria practicada con complacencia de los órganos de seguridad, que se estira demasiado en el tiempo.

Superando el susto local inicial de una entrada de Mier y un casi gol de Aguiar a los cuatro minutos, Nacional se puso en ganancia con un gol sorpresivo de Goñi, cabeceando en el palo más lejano a su sector y teniendo muy poco espacio para destinar esa pelota. Menos suerte tuvo Fosgt al cabecear un córner afuera tres minutos después. El primer tiempo se fue con la victoria 1-0 de Nacional afincada en su mayor control de pelota, alimentando bien a dos delanteros que no dieron la nota, Morro y Chapita.

Una de las últimas jugadas del primer tiempo, un violento choque de cabezas (¡otra vez!), dio como lamentable resultado al delantero Fernando Sellanes, internado, y a Martín Galain, recauchutado en vestuarios para volver en el segundo tiempo y tener que salir media hora después. Los infortunados fueron dos que aparecen poco como titulares. Dentro de un trámite con pocas pero existentes amenazas de gol para ambos lados, llegó el gol de Fénix en un tiro libre de media cancha que Matías Mier, con un buen envío, convirtió en chance de gol que necesitó la vendada cabeza de Galain para ir camino a las redes bien defendidas por Muñoz.

Las intentonas finales de ambos equipos no dieron resultado, ya porque falló Blanco, ya porque Mier mandó una, muy fuerte, a las chapas, ya porque ambas defensas -más la del visitante- bloquearon con disciplina, número y entusiasmo al más ofensivo equipo local.

Al final quedó expresado en la cancha el desánimo tricolor y la contrastante alegría del siempre vigente “el Fénix no baja”.