No cierran

Las autoridades del Codicen entregaron ayer su presupuesto en el Parlamento, que mantiene “algunas diferencias” con el del Poder Ejecutivo en cuando a la asignación de fondos. Según Seoane, en 2011 ANEP prevé 150 millones de dólares más que el Poder Ejecutivo, y la brecha se incrementa en los años siguientes. Las coincidencias surgen en las inversiones en infraestructura edilicia, y las diferencias, según Seoane, en las remuneraciones.

El 30 de junio, cuando culminó el financiamiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al PES, los contratos de seis de los siete trabajadores terminaron y no se renovaron. Desde entonces, el Centro de Referencia y Documentación del programa está cerrado, se interrumpieron tres líneas de investigación, las publicaciones correspondientes y los cursos de educación a distancia, salvo uno que culmina en octubre y ocupa al único funcionario que aún permanece con trabajo.

Stella Cerruti, ex coordinadora del PES, informó a la diaria que las anteriores autoridades de la ANEP “no quisieron cubrir los gastos [a partir de junio de 2010] para no comprometer” a las futuras autoridades, y que las nuevas no le asignaron fondos. Con el proyecto presupuestal, el Codicen integró la educación sexual al programa Promoción de Convivencia Saludable, que también depende del Departamento de Planificación Educativa.

“La dimensión de la educación sexual, aunque no esté presupuestado de modo separado, está incluido en este programa mucho más amplio que incluye también aspectos vinculados al encauzamiento de los conflictos educativos, la prevención del consumo de drogas, etcétera”, indicó ayer Seoane tras repasar el proyecto en la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de Diputados. Sin embargo, para Cerruti, con este cambio se “desvirtúan los conceptos” y en los hechos se da un “cambio del paradigma” con el cual se entendía la educación sexual”.

El programa de convivencia plantea una educación sexual absolutamente sanitarista y biologicista”, dijo Cerruti a la diaria, y afirmó que con esta nueva visión “se pierde el sentido de la sexualidad como un derecho, su significación con el proceso de constitución de la identidad y los vínculos, y queda un concepto más conservador y restrictivo” de la educación sexual, vinculado a la prevención de enfermedades y aspectos “más operativos”. En los objetivos de Convivencia Saludable, tal como indica el presupuesto, se entiende la educación sexual como “un proceso continuo de bienestar físico, psíquico y sociocultural, que se evidencia en las expresiones libres y responsables de capacidades sexuales que conducen al bienestar personal y social”.

El 13 de setiembre Cerruti remitió una carta a Seoane en rechazo al cierre del PES, y en estos días circula una declaración de profesionales, como el sexólogo Gastón Boero y la ex consejera Lilián D’Elía, que señala que no es “razonable que con el apoyo de la cooperación internacional se hayan invertido importantes fondos en actividades estratégicas para luego desaprovechar todos los aprendizajes y resultados obtenidos, sin ofrecer a la sociedad ninguna argumentación y/o evaluación seria”, y que el hecho es “más incomprensible cuando se trata de un cambio de gobierno del mismo sector político”.

Seoane enfatizó que los programas de educación sexual permanecen en todos los subsistemas y que los proyectos de la anterior administración en general se someterán a una evaluación “razonada, meditada” de la cual podrá surgir “eventualmente la reformulación”. “Pero quiero dejar muy en claro que la educación sexual no desaparece , por el contrario, está presente por su valor y el aporte que eso significa a la formación de las personas”, insistió. El presidente del Codicen tampoco considera que haya “modificación de paradigmas” y valoró que el PES “en muchos de sus aspectos es muy valioso”.