Yohai pertenece a la Rediu, organización que se ha caracterizado por ser sumamente crítica respecto de la política económica aplicada por las administraciones gubernamentales del Frente Amplio, a las que acusan de ser continuistas con relación a los gobiernos precedentes. En una nota difundida a nivel local, luego de que recientemente el BCU publicara su informe de Cuentas Nacionales correspondiente al último trimestre de 2010, critica la forma en la que se elabora ese documento. “Las Cuentas Nacionales reflejan de manera imperfecta, pero más afín a la realidad, lo que pasa en sectores clave de la economía, particularmente la producción y la inversión”, señala el autor. Asimismo, puntualiza que el dato más relevante que se toma en cuenta por los medios de comunicación es el del Producto Interno Bruto (PIB), al que definió irónicamente como “el bikini: es más interesante por lo que oculta que por lo que muestra”. Al respecto, especifica la objeción con el siguiente ejemplo hipotético: “Alguien importa un equipo de sonido: el valor costo-flete del artículo se refleja negativamente en el PIB. Pero el importador paga impuestos, y lo vende con ganancia... estos ‘agregados’, es decir los impuestos y la ganancia, se reflejan como aumento del PIB. Y si el importador lo vende a un comerciante, la ganancia que éste percibe se suma también al PIB nacional”. Yohai asegura que “esta escasa explicitación de varios aspectos de las Cuentas Nacionales no es inocente. Tiende a ocultar las flaquezas de una política económica que reproduce los parámetros que guían nuestra economía desde hace por lo menos cuatro décadas, y que tan propensa a ciclos violentos de crecimiento-caída se ha mostrado”. Pese a las críticas realizadas por el experto de la Rediu, otros economistas consultados por la diaria defendieron la validez del informe de Cuentas Nacionales. Pablo Moya, economista de la consultora Oikos, evaluó que “como toda divulgación de datos, es perfectible, pero está dentro de la metodología de estándares internacionales: hubo una actualización de cómo generar el año base, (y) recopila información muy importante”, subrayó, para agregar: “Quizás podría presentarse con mayor apertura, pero en principio no lo cuestionaría, (porque) es un instrumento válido para realizar los análisis que a nivel internacional se realizan”, añadió. Por su parte, su colega Jorge Caumont, si bien aclaró que no está especializado en los análisis de Cuentas Nacionales, igualmente enfatizó: “Confío más en lo que dice el BCU que en cualquier otro que pueda cuestionarlo”.

No era para tanto

P>El PIB de Uruguay creció 8,5% durante 2010, un nivel “históricamente alto” según Yohai, aunque “deberemos ponerlo en perspectiva”. En ese sentido, el autor realiza un análisis de los diversos sectores de producción. En primer lugar señala que el sector agropecuario, “contrariamente a lo que se propagandea hasta la náusea, prácticamente no crece” en términos reales. Según el informe del BCU, sólo se expandió un 1,1% el año pasado, y “a expensas casi completamente del rubro ‘Silvicultura, extracción de madera y actividades de servicios conexas’”, apuntó. “O sea, lo único que crece, esencialmente es la forestación y los cultivos. La ganadería sigue cayendo, como lo ha hecho desde 2005”, advierte. En este punto, Yohai se cuestiona: “¿De dónde sale todo el bombo en relación a los ‘cambios y crecimiento explosivo de la producción del campo que es la locomotora del crecimiento’ y afirmaciones por el estilo?”. La respuesta, propone el autor, es “Simple: los grandes aumentos que experimentan los precios de los productos del campo han llevado a una bonanza económica de un grupo de gente vinculada al sector, que tiene mucha prensa. Y, por supuesto, el gobierno se sube al carro”. Y luego asevera: “La producción está, básicamente, estancada, y eso, a pesar de que los precios extraordinarios podrían hacer pensar que un aumento significativo de la inversión (…) llevaría a un crecimiento sostenido y (eventualmente) sostenible de la producción”, sostiene Yohai. Desde el marxismo, Yohai recuerda que la riqueza que genera una sociedad surge inicialmente “de una apropiación de renta del suelo, también llamada renta diferencial por los economistas clásicos, en particular (Karl) Marx, que se realiza a expensas del resto del planeta”, tratándose entonces de una fuente de utilidades primero “apropiada por una ínfima minoría de ciudadanos nacionales, empresarios y sobre todo terratenientes y una aún más minúscula minoría de grandes empresas transnacionales”. Por otro lado, la producción del sector industrial creció 3,7%, resultado que, “en sí, no sería una mala cifra, aunque es menor a la mitad del aumento del PIB”. Y no obstante ello, el autor observa críticamente el registro de retrocesos en las producciones de “carne y textiles, curtiembres, vestimenta y rubros asociados”, mientras que el 81% del crecimiento del sector “está explicado por ‘productos de madera, papel, etcétera..’ o sea, en primer lugar la celulosa y sus derivados”, alerta el analista. Otro rubro destacado es la producción de material de transporte, donde se subraya la producción de autos y autopartes, que principalmente tienen como destino los países del Mercosur, sobre todo Argentina. Sin embargo, también aquí advierte que “si bien en términos porcentuales este crecimiento es importante (17%), en términos absolutos es pequeño”.

Hola a todos, soy el león

P>Después, Yohai avanza en su crítica de la composición del PIB y se cuestiona: “¿Pero dónde está al fin y al cabo el crecimiento del PIB?”, para responderse que “la parte del león del crecimiento del PIB se concentra en los rubros estadísticos de ‘Suministro de electricidad, gas y agua’ (…), ‘Comercio y reparaciones’ (…) y ‘Transporte, almacenamiento y comunicaciones’”. Desde esto, asegura que el subrubro 'telecomunicaciones' representa “la estrella del subsector, con un aumento de más de 18% anual”, y en ese sentido interpreta: “Por algo el hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, puso tanto empeño en obtener las frecuencias de telefonía celular que tan graciosamente remató el gobierno de Jorge Batlle y convalidó el de Tabaré Vázquez”, sostiene el economista, añadiendo que 'telecomunicaciones' “pesa en el PIB, 48.000 millones de pesos, mientras que todo el sector agropecuario pesa menos de 39.000 millones” de la moneda nacional en el indicador. Asimismo, destaca que el rubro 'Intermediación financiera' se expandió 10%, un crecimiento “grande, pero no espectacular”, aunque con un “llamativo (…) peso específico en la economía, con 28.000 millones de pesos es sensiblemente mayor a toda la ganadería”, que produce por valor de 23.000 millones de pesos. Además, a Yohai le “llama aún más la atención” que el subsector de “Actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler”, que no incluye a la industria de la construcción, sea decisivo en la economía uruguaya: “65.000 millones de pesos, una vez y media mayor al vapuleado sector agropecuario”. Respecto de los rubros enseñanza y salud, “se mantienen, en 2010, prácticamente estancados”, y conjuntamente “alcanzan 41.000 millones de pesos, apenas menos de dos tercios del sector que, presumimos, representa a los rentistas... ‘actividades inmobiliarias, empresariales’”. Por último, el articulista interroga: “¿Es éste un camino hacia el desarrollo económico?”, respondiéndose que “la historia de los países que alcanzaron lo que así se denomina parece indicar otra cosa”. “Veremos”, concluye el autor.