“Sin corruptor no hay corrompido”, dijo días atrás la jueza Rosa Weber antes de adherirse a la acusación de la Fiscalía de que el ex ministro de Presidencia de Lula da Silva y líder del Partido de los Trabajadores (PT), José Dirceu, fue el “ideólogo” del mensalão, definido como “el más atrevido y escandaloso esquema de corrupción y desvío de dinero público que haya sido descubierto en Brasil”. En esta tercera fase del proceso judicial, que terminará en los próximos días, se buscaba determinar quién o quiénes impulsaron la compra de votos de los parlamentarios para que respaldaran los proyectos presentados por el Ejecutivo de Lula, compra que quedó confirmada en la fase anterior del juicio.

Para el jueves ya se habían emitido varios votos de los ministros que integran el Supremo Tribunal Federal y mostraban una “tendencia negativa” para Dirceu. La siguiente vista del proceso fue marcada para ayer -evitando sesionar el viernes, antes de las elecciones locales del domingo-. Hasta ahora votaron ocho de los diez magistrados del tribunal y se espera que los últimos dos voten hoy. Seis de ellos declararon culpable a Dirceu de corrupción activa y del delito de formar y liderar una “cuadrilla para delinquir”.

También encontraron culpable de los mismos delitos al ex presidente del PT, José Genoino, quien, según la Fiscalía, participó de las negociaciones con los partidos aliados y con los bancos para coordinar la distribución del dinero entre los parlamentarios, informó el diario Folha de São Paulo.

Las defensas de Dirceu y Genoino rechazaron las acusaciones de la Fiscalía y argumentaron que no hay pruebas que los vinculen directamente al escándalo. Con esto estuvieron de acuerdo dos de los jueces que votaron por la absolución de los acusados -los últimos dos votarán hoy-, entre ellos el magistrado Ricardo Lewandowski, quien argumentó que la Fiscalía presentó “meras suposiciones”, que se basan en “testimonios” y cuya acusación “carece de al menos una prueba pericial” que la sustente.

También fue declarado culpable el entonces tesorero del PT, Delúbio Soares. Dirceu y Genoino intentaron, con la ayuda de Soares, desmarcarse de los aspectos económicos del PT, como para que Soares fuera el que cargara con la responsabilidad de haber manejado los fondos y la distribución del dinero. Sin embargo, esa versión fue descartada por los distintos jueces, que señalaron que no es factible que Soares contara con tal autonomía, y que las fases anteriores del proceso dejaron en evidencia que los pagos eran dirigidos según acuerdos políticos alcanzados entre las cúpulas de los partidos aliados y la del PT.

El juez Marco Aurélio, cuyo voto fue definitorio para condenar a Dirceu, indicó también que “si Delúbio Soares tuviese el desarrollo intelectual y material a él atribuido, no sería solamente tesorero del partido, habría llegado a un cargo mucho mayor”.

Los magistrados que consideraron culpables a los acusados coincidieron en señalar, en coincidencia con la Fiscalía, que tras perder el apoyo de algunos parlamentarios -como Heloísa Helena- el PT perdió los votos necesarios para empujar los proyectos de la fuerza de gobierno y comenzó a comprar los votos de algunos parlamentarios.

De los 37 acusados 23 ya fueron declarados culpables. Después de que se emitan los votos de los últimos dos jueces, correspondientes a esta fase, lo que se espera para mañana, será el turno para que los magistrados definan las penas que les corresponden. Respecto a Dirceu, Genoino y Soares la Fiscalía propuso que sean condenados por haber cometido nueve veces -el número de parlamentarios que se consideran corrompidos- el delito de “corrupción activa”, lo que implicaría varias penas que, sumadas, llegarían a 108 años de prisión. Otra opción que manejan los magistrados es que se los condene por haber cometido el delito una única vez de forma continuada, lo que significaría una pena de hasta 20 años de prisión.