“Lo que decía [José] Batlle [y Ordóñez] es que se podía ser colorado sin ser batllista y no se podía ser batllista sin ser colorado y yo creo que no es así: hoy no se puede ser colorado sin ser batllista y tampoco se puede ser batllista sin ser colorado”, sintetizó, en diálogo con la diaria, el senador Pedro Bordaberry (Vamos Uruguay [VU]).

Luego profundizó que eso está establecido en el primer artículo de la carta orgánica del Partido Colorado, que hace referencia a “la colectividad política democrática fundada por Fructuoso Rivera, afirmada en la gesta de la Defensa de Montevideo, renovada por los ideales de justicia social de José Batlle y Ordóñez”.

El líder de VU considera que en el Partido Colorado (PC) ha existido una “suerte de competencia” para ver “quién es más batllista”, aunque desde su punto de vista esa discusión ya no es tan recurrente. “Aquellas divisiones que existieron hace muchos años sobre riveristas, batllistas e independientes ya no existen más, la vigencia del batllismo está más que nunca en la medida en que atiende la justicia social, a los más débiles, pero no cree en la lucha de clases”, sostuvo Bordaberry, que fue uno de los presentadores de la reedición del libro Ideología de Batlle, escrito por Antonio Grompone en 1962.

En la presentación, Bordaberry continuó con sus reflexiones sobre el batllismo y aprovechó para tomar distancia de posturas de la izquierda. Eso quedó claro, por ejemplo, cuando criticó a los políticos que “se dicen batllistas y luego hacen cosas contrarias al batllismo”. “Quienes hoy se dicen batllistas y propagan la lucha de clases deberían leer algunas cosas que escribió Grompone”, dijo el senador, antes de citar algunas reflexiones de Batlle sobre ese punto, entre ellas: “la lucha de clases es un plan monstruoso que nunca dará buen resultado [...] ningún hombre de bien puede odiar si reflexiona un poco aquello que él mismo desearía ser y cada proletario, si examina su conciencia, descubrirá casi siempre que él quisiera ser burgués, por lo que debería odiarse a sí mismo”.

Por la vida y el pragmatismo

Luego Bordaberry leyó otro fragmento relacionado a posiciones de Batlle que estaba centrado en “la defensa de la vida del niño”. Respecto de ese punto, advirtió que podía ingresar en “aguas profundas, que todos saben hacia dónde iríamos”.

El pasaje que leyó mencionaba la necesidad de “garantir al niño su primer derecho esencial, el derecho al calor, al perfume, al pecho pródigo, al cariño y al amparo de la madre” y además “salvaguardar su vida en su azaroso comienzo”. “Cuántos perecen en las entrañas de la madre, que no osa afrontar a sus acusadores y busca en la muerte, para ella y para su hijo ilegítimo, un refugio seguro”, continuó.

Según recordó, leyó ese fragmento en decisiones que tuvo que “tomar hace poco” -en referencia a la reciente discusión sobre despenalización del aborto en el Senado-, ya que “algunos decían que era batllista o no batllista tal o cual posición”. Aunque para Bordaberry se trataba de una situación de “convencimiento personal”, no encontró “en ningún lado” que Batlle se haya pronunciado sobre el tema. “Si me animo a interpretar este fragmento, creo que está más en mi posición [en contra de despenalizar el aborto] que en la otra, pero no voy a cometer el error que cometen otros de [afirmar] que Batlle estaba de un lado o de otro”, se adelantó.

Bordaberry elogió además el pensamiento batllista en el ámbito económico: lo definió como “descreído” del comunismo, pero también del “capitalismo puro”. “Hoy China avanza en la propiedad privada y del otro lado el capitalismo puro fracasa: la crisis ha llevado a las mayores nacionalizaciones en la historia”, y ejemplificó con las estatizaciones en Estados Unidos de inmobiliarias y bancos. “El pragmatismo del batllismo ni cree en la lucha de clases ni en que el mercado tiene que regularlo todo, y eso es lo que hace más vigente que nunca esta ideología”, concluyó.