Jorge Batlle fue el primer presidente de Uruguay electo con el apoyo conjunto del Partido Colorado (PC) y del Partido Nacional (PN). La reforma constitucional de 1996 que habilita el balotaje o segunda vuelta se impone en todas sus dimensiones en las elecciones de 1999. Se inaugura el sistema de candidaturas únicas a la presidencia y la fórmula del Frente Amplio (FA), Tabaré Vázquez- Rodolfo Nin Novoa, resulta la más votada en la primera vuelta al obtener 40,1%. Los candidatos colorados Batlle-Luis Hierro López consiguen 32,8%, los nacionalistas Luis Alberto Lacalle-Sergio Abreu, 22,3% y el Nuevo Espacio (NE), con Rafael Michelini-Pablo Mieres, 4,6%.

Como el FA no alcanza 50%, el balotaje de noviembre enfrenta a Vázquez y Batlle. El PN llama a sus votantes a sumar tras la candidatura colorada. Batlle es electo presidente con 54,13% de los votos, mientras que Vázquez obtiene 45,87%.

El Parlamento, resultado de la primera vuelta, queda conformado por 12 senadores del EP-FA, diez del PC y siete del PN; en Diputados, el EP-FA obtiene 40 bancas, el PC 33, el PN 22 y el NE cuatro. Los partidos tradicionales tienen mayoría parlamentaria (17 senadores y 55 diputados).

Batlle, de 72 años, asume el 1º de marzo de 2000 y en su discurso ante la Asamblea General advierte que “el año que corre” será difícil, “comenzando a mejorar en el segundo y afirmándose dicha tendencia hacia fines de año”. Promete “un gobierno de unidad”, que surge “del acuerdo entre partidos”, y plantea extender esta política “a todos los sectores de la sociedad”.

El 8 de febrero Batlle y Lacalle, en su condición de presidente del Directorio blanco, habían acordado la participación en el gobierno y negociaron la distribución de cargos. En ese directorio, el entonces líder de Nueva Fuerza Nacional, Jorge Larrañaga, votó contra el nombramiento de ministros blancos, para no “mimetizar” al PN con el PC (La República, 09/02/2000). Será el único sector del PN que no integra el gabinete.

En el Ministerio de Defensa Nacional fue designado Luis Brezzo (Foro Batllista); en cancillería, Didier Opertti (Foro Batllista); en Economía y Finanzas, Alberto Bensión (lista 15); en Interior, Guillermo Stirling (Foro Batllista); en Transporte y Obras Públicas, Lucio Cáceres (lista 15); en Salud Pública, Horacio Fernández (lista 15); en Turismo, Alfonso Varela (lista 15); y en la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ariel Davrieux (Foro Batllista). En Ganadería, Agricultura y Pesca asume Gonzalo González, de extracción blanca independiente, pero designado directamente por Batlle. Por el PN asumen Álvaro Alonso (Desafío Nacional) en Trabajo y Seguridad Social, Sergio Abreu (Movimiento Nacional de Rocha) en Industria, Energía y Minería y los herreristas Carlos Cat en Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente y Antonio Mercader en Educación y Cultura. Poco después, se crea el Ministerio de Deporte, a cargo de Jaime Trobo (Herrerismo).

La coalición de gobierno dura hasta el 27 de octubre de 2002. Tras los sucesos de julio-agosto, el directorio del PN vota por mayoría una moción de Larrañaga para retirarse del gabinete. A partir de noviembre de 2002, el gobierno queda conformado sólo por colorados. Asumen en Trabajo Santiago Pérez del Castillo, en Industria Pedro Bordaberry, en Educación Leonardo Guzmán, además itinerante en Turismo y Deporte (ministerios ya fusionados), y en Vivienda Saúl Irureta.

En el EP-FA la fuerza más votada en 1999 había sido el Partido Socialista (PS), seguido por Asamblea Uruguay (AU), Movimiento de Participación Popular (MPP), Vertiente Artiguista (VA), Alianza Progresista (AP) y Partido Comunista del Uruguay (PCU).

Las horas de crisis

El 24 de enero de 2002 el PIT-CNT organiza una marcha a Punta del Este y propone 30 medidas urgentes para “evitar caer en una situación similar a la de Argentina”, según dijo Juan Castillo.

El 14 de enero la Mesa Política del FA había decidido acompañar la movilización y los reclamos de la central. Esa Mesa Política recibe un informe del economista Carlos Viera que advierte que Uruguay va en la misma dirección que Argentina y la Corriente de Izquierda (CI) -grupo sin representación parlamentaria, orientado por Helios Sarthou y Jorge Zabalza- plantea un pedido de renuncia de Bensión, pero se pospone la resolución.

Finalmente, como el gobierno prohíbe el ingreso de la marcha a la península, el PIT-CNT hace el acto en Maldonado. El EP-FA también apoya los reclamos de la Concertación para el Desarrollo, una iniciativa del PIT-CNT en conjunto con gremiales rurales, pequeños productores y otros sectores, organiza un acto en el Obelisco en abril.

La Justicia y el Ejecutivo

El fiscal Enrique Möller estaba de turno el 2 de agosto. Asegura que le tocó un momento difícil por “el clima” que se había generado. “Hubo muchos detenidos, en el juzgado no había descanso. Llegaban sin parte policial, sólo con la identificación. Fueron procesados apenas 15, 16 o 18 personas”, recordó.

Möller no tuvo contacto con Inteligencia policial y nunca accedió a elementos para concluir que se trató de algo organizado. “Hubo un caso que se investigó muy a fondo en el ámbito judicial: un vendedor ambulante de ómnibus que empezó a vocear ese tema. Algo hubo, pero desde el punto de vista judicial no logramos dar con eso: no pudimos decir que la organización sale de acá”, agregó.

Diez años después, el ex ministro del Interior Guillermo Stirling evalúa que existió un “déficit muy grande” de la Inteligencia policial y militar y niega que se hayan evaluado medidas prontas de seguridad: “Lo que pedimos en aquel momento, e impactó, fueron dos helicópteros a la Fuerza Aérea para ver si efectivamente venían esas famosas columnas. Nos tranquilizó bastante que nos dijeran que no se veía absolutamente nada”.

El dirigente colorado tampoco tiene certezas respecto de la “teoría de las hordas”. “Tremendamente misterioso fue eso. No te puedo decir que haya sido una cuestión espontánea. No te puedo negar que fue un pequeño grupo el que lo organizó. Sí te puedo decir que no se sabe absolutamente nada si era de derecha o de izquierda. No había ni hubo ningún elemento. Dejaron mucho que desear los servicios de Inteligencia policial y militar”, insistió.

Stirling asegura que por esas horas se reunió con Liber Seregni y que el contacto con la oposición era permanente. “En el Frente Amplio [FA] la posición fue el apoyo institucional”, concluye.

Tras el feriado bancario decretado a fines de julio, el presidente del FA, Tabaré Vázquez, dice en su habitual audición radial por CX 36 Centenario que se estaban viviendo “momentos extremadamente difíciles” y que él ya había dicho que “nos iba a pasar lo que le pasaba a Argentina si no se tomaban a tiempo determinadas medidas”. Para Vázquez: “Ya no estamos en el Titanic, ni en los botes, estamos en el agua”. Propone como salida “remar juntos” entre organizaciones políticas, sociales y empresariales para formar un “gran diálogo nacional sin exclusión”.

El gobierno impulsa la rápida aprobación de una ley para resolver la crisis. El Parlamento se reúne el fin de semana del 3 y 4 de agosto para sancionarla y se buscan los más amplios apoyos. Un préstamo de Estados Unidos que podía darle una inyección de liquidez al sistema está en juego en la aprobación de esa ley. El FA discute qué hacer. En primera instancia, la bancada resuelve no votar con el aval de la Mesa Política. Ésta resuelve que el EP-FA “no acompañe con sus votos ninguna propuesta que debilite a la banca oficial y la coloque en inferioridad de condiciones”, declara a los organismos del FA en “sesión permanente”, llama a los frenteamplistas a “nuclearse en sus organizaciones y comités de base”, reclama el derecho de los ciudadanos a manifestarse “pacíficamente” y se insta a no “propagar el clima de alarma entre la población”.

Una interna por izquierda

Pero en el FA el debate interno se hace público y notorio. AU y la VA plantean que hay que acompañar el proyecto de Fortalecimiento del Sistema Bancario. Los demás sectores se oponen. A pesar de que los legisladores que quieren votar la ley acatan la resolución del FA defienden la salida propuesta por el gobierno en algunos medios de comunicación.

Vázquez admite que “hubo actitudes o conductas de compañeros” que distorsionaron la naturaleza de la resolución de la Mesa Política y agrega que “no estamos dispuestos a tolerar actitudes que sean atentatorias contra la unidad y la diversidad del FA”. “La presidencia del Frente Amplio no tiene la vocación absolutista de Luis XIV pero tampoco tiene vocación de director de comparsa”, concluye.

El Plenario Nacional del FA del 18 de agosto convoca a manifestarse pacíficamente en rechazo al modelo económico, “ampliar la base social” que lo rechaza, para impulsar un programa de reconstrucción nacional, consolidar una “nueva mayoría” para cambiar el país y “militar activamente en acciones de solidaridad” con los sectores más carenciados de la población. En setiembre, el EP-FA impulsa la creación de una comisión investigadora del sistema financiero en Diputados y por esa fuerza política se integran los legisladores Raúl Sendic (26M), Silvana Charlone y José Bayardi (VA). El diputado Víctor Rossi (AP) presenta documentos y denuncia irregularidades ocurridas en el sistema financiero previo al feriado bancario y sus colegas de todos los partidos votan por unanimidad crear la comisión.

El 9 de noviembre el plenario del FA se reúne para discutir estrategias. Se descarta la posibilidad de analizar un juicio político a Batlle. El senador Reinaldo Gargano (PS) quería impulsarlo si la comisión investigadora hallaba responsabilidades del presidente. Sin embargo, varios legisladores le quitan importancia a la propuesta, como el senador José Mujica, que declara que la iniciativa sería “más un gesto político que otra cosa” y cree que el PN no se va a anotar “en esa carrera”. El senador Enrique Rubio (VA) va más allá y dice que sería un planteo “precipitado” y que las propuestas “que rozan lo institucional son muy delicadas”. Para el diputado Brum Canet (AU) el juicio político “no está propuesto en ningún ámbito de la coalición de izquierda” y esa lectura debería atribuirse a quienes quieren “que asuma la presidencia Luis Hierro López” (La República, 09/11/02).

Previamente, los sectores habían discutido diferentes alternativas. La propuesta de impulsar un “gobierno de salvación nacional” y el adelantamiento de las elecciones nacionales de 2004 se planteó en las internas del PS, MPP, PCU, Partido por la Victoria del Pueblo y 26M. Sin embargo, no se encontraron fórmulas institucionales que no implicaran forzar el marco legal y constitucional. La CI fue el único sector que desde agosto propuso la renuncia de Batlle y el llamado a elecciones anticipadas.

Por su parte, AU propone “acompañar al gobierno” para salir de la crisis en la línea argumental que se había sostenido para apoyar la ley del sistema financiero. En setiembre, en una entrevista con La República, Astori responde a quienes creen que Batlle no llega a 2004: “Tengo por qué confiar en que se llega [...] también hay que ayudar. Creo que el Frente ha tenido, más allá de las discrepancias, una buena conducta política en estos tiempos de crisis. Vázquez utiliza siempre la formulación -y yo estoy de acuerdo- lealtad institucional”.

En octubre, ocurren dos hechos que impactan en el FA y en la definición de las perspectivas estratégicas: la retirada nacionalista del gabinete y el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil. En diciembre, el Nuevo Espacio se integra al EP-FA formando Nueva Mayoría: Vázquez y Rafael Michelini firman el acuerdo en un acto público. “El país como nación está en un laberinto y la salida no es refugiarse en el pasado, sino asumir compromisos con el presente y el futuro”, dijo Vázquez ese día.

En la base

Las tres organizaciones sociales más importantes del país, el PIT-CNT, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM) y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), no están en el mejor momento de sus relaciones históricas.

El PIT-CNT apuesta a la concreción de una alianza de sectores sociales. Así, a fines de 2001 comienzan negociaciones casi secretas con dirigentes de las gremiales rurales y algunas cámaras empresariales menores. De allí surge la Concertación para el Crecimiento, que tiene su mayor expresión en un acto masivo el 16 abril de 2002 en el Obelisco: se llamó Jornada Cívica Nacional.

Entre los reclamos, figuran la desdolarización de la economía, reducción de las tasas de interés, suspensión de las ejecuciones a los productores rurales, reactivación del mercado interno, rebaja del IVA, estímulo a la inversión e incremento de la inversión pública. Sin embargo, no recibió el apoyo de FUCVAM, cuyo secretario general en ese momento, Gustavo González, dijo a la diaria que en ese período “estuvimos solos a la cabeza” de iniciativas como la de “oponerse a privatizar el puerto y el ferrocarril”. “Nos pronunciamos en contra” del acto en el Obelisco.

Una diferencia de encare fue la actitud de FUCVAM cuando organiza una marcha a Punta del Este en enero de 2003, similar a la convocada por el PIT-CNT el año anterior. González explica que “tuvimos 165 detenidos porque quisimos entrar” a la península. FUCVAM proponía “un gran frente social” por detrás de un programa de reivindicaciones “de los sectores populares” para “romper la crisis” y la consigna era “que Batlle se tenía que ir”, pero “quedamos solos”, agrega. “Hicimos un gran acto frente al edificio Libertad [entonces la casa de gobierno] donde le llevamos a Batlle un avión gigante y un pasaporte para que se fuera como lo estaban haciendo tantos uruguayos por culpa de la crisis”, cuenta González.

“Nunca tuvimos una relación ríspida” con el PIT-CNT, pero “teníamos diferencias”. González dice: “Defendíamos la independencia de las organizaciones y la movilización, porque meterle Valium a las organizaciones sociales es hacer crecer a la derecha y a su ideología”. A pesar de esa posición “radical”, en ese momento “estaban representadas en la dirección nacional” todos los sectores del FA, pero “no seguimos a ninguno”, dijo el cooperativista.

Uno de los principales reclamos de FUCVAM era recuperar 100 millones de dólares del Fondo Nacional de Vivienda, aportados por “todos los trabajadores”, que estaban “desaparecidos”. González cuenta que en una reunión con el ministro de Economía, Alejandro Atchugarry, en la propia sede de la federación, para tratar la situación de varias cooperativas, se le preguntó si sabía dónde estaba ese dinero y éste respondió sin dar más explicaciones: “Esa plata se la tragó el agujero negro”.

A principios de 2003, las organizaciones sociales acompañadas por el FA fortalecen la recolección de firmas para convocar un plebiscito contra la asociación de ANCAP con capitales privados, se suman a la iniciativa del Foro Social Mundial y hacen una marcha contra la inminente invasión de Estados Unidos a Irak. La Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU), en tanto, viene de una convención bastante convulsionada en 2001 y la nueva mesa asume en febrero de 2002: la integran Manuel Flores, Leandro Grille, Gabriel Bonfrisco y Luis Lagaxio.

Por esos días se prepara una movilización en defensa del Hospital de Clínicas, pero en la noche del 2 de agosto la dirección de la FEUU discute qué hacer ante eventuales medidas prontas de seguridad y hasta se plantean planes de “autodefensa”. La mayoría de esos militantes universitarios -casi todos “hijos” de las ocupaciones de Secundaria de 1996- no consideraban viable tal extremo, aunque lo cierto es que a esa hora de la noche dos helicópteros todavía sobrevolaban Montevideo.