Un documento elaborado por el equipo naval del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) establece que la principal restricción para el desarrollo y crecimiento del sector naval es “la incapacidad estructural para la captación de la demanda regional, así como para dar respuesta a la demanda nacional”. Esto se debe a la “poca infraestructura disponible con acceso directo al mar”, por lo que el principal objetivo del polo industrial naval será el desarrollo “gradual” de las actividades orientadas a la construcción, transformación, reparación y mantenimiento de embarcaciones y artefactos flotantes así como la fabricación de navipartes incluyendo, además, las actividades de investigación y diseño de buques y artefactos flotantes.

La meta de dicho polo será facilitar la instalación de “tres o cuatro” astilleros (grandes empresas) para que, junto con “diez o 12” talleres de apoyo (pequeñas y medianas empresas), puedan “dinamizar la zona oeste de Montevideo mediante la creación de nuevas fuentes de trabajo de buena remuneración”. El predio en que se proyecta la instalación está localizado en los barrios de Santa Catalina y Casabó en un área que incluye los puertos de Montevideo, Capurro y Puntas de Sayago. Esta zona, según datos poblacionales relevados en 2009 por el Centro Zonal Local, está habitada por 80.000 personas, de las cuales 5.155 estaban desocupadas y 8.318 son trabajadores no calificados que “podrían reconvertirse hacia el sector naval”, según el documento.

El MIEM detectó, además, un panorama “complejo” en la calificación de los trabajadores y la adecuación a las demandas laborales en el sector naval: no se cuenta con centros de capacitación y formación específicos (en el ámbito nacional) para atender la demanda de los oficios del sector.

A ello se suma el hecho de que muchos de los cursos que se dictan no reflejan la necesidad y la exigencia de los trabajos actuales. Por esta razón, el ministerio prevé la creación de un Centro de Capacitación y Certificación del Polo Industrial Naval (Cecnal), tripartito, que se construirá en el predio del polo para todos los oficios requeridos en las actividades del sector, cuya mano de obra, si bien es “buena y reconocida internacionalmente”, también es “escasa y envejecida”.

Consultado por la diaria, Torres sostuvo que el desarrollo de un marco normativo permitirá “la concreción de las inversiones”. Según adelantó, entre los interesados se encuentran empresas provenientes de Rusia y España, pero “están a la espera de la definición de ese marco jurídico”. El marco detallará “cómo se van a instalar las empresas, quién va a pagar los cánones, cuáles serían las sanciones y las multas por no cumplimiento”. Asimismo, informó que se busca firmar “una serie” de convenios con el Ministerio de Defensa Nacional mediante los que se intentará “consolidar la razón social Industrias Navales del Estado”, además de que entiende que se apoyará a la normativa. Si bien el MIEM prevé que el polo inicie sus actividades a mediados de este año, Torres estimó que “restará un año, por lo menos”, para que se ponga en marcha la instalación.

Hacete amigo

Una segunda etapa será la “integración productiva” con Brasil. Según Torres, el país vecino, cuya demanda supera su producción, tendrá “por los próximos 20 años y más” una demanda insatisfecha de barcazas, piezas navales, entre otros insumos, las cuales actualmente los brasileños importan mayoritariamente desde Turquía. En este caso, se buscará “complementar” desde nuestro país la oferta, ya que “Uruguay no tiene el tamaño suficiente para abastecer completamente la demanda brasileña”.

Para el director nacional de Industrias, la primera cuestión está en “concretar la demanda efectiva”, lo que dará lugar a la posibilidad de que empresas uruguayas accedan al “catálogo” de navipartes oferentes en el mercado brasileño. Una vez integrado el catálogo, las empresas uruguayas podrán acceder al financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, así como a financiamientos del Fondo de Fomento de la Marina Mercante, que “permite financiar proyectos a largo plazo sin garantías corporativas”.

¿Qué pasó con la barcaza?

Según informó el director nacional de Artesanías, Pequeñas y Medianas Empresas del MIEM, Pablo Villar, a la diaria, la segunda barcaza (que se preveía entregar en octubre) se encuentra aún en construcción. Estimó que estará lista para su entrega a “fines de marzo”. Mientras tanto, se continuará trabajando “en forma paralela” en la tercera barcaza, cuya construcción finalizará entre “fines de este año y principios del próximo”.