Los inicios de Alcoholes del Uruguay (Alur) se remontan a 2006, cuando, según su director, Leonardo de León, comenzaba la primera etapa de la empresa, que duraría hasta fines de 2010. “Al principio, el foco estaba en recuperar la industria de la caña de azúcar para producir no sólo de manera más eficiente sino también con mejor calidad, además de buscar un equipamiento de primera tecnología en la producción”, dijo De León a la diaria. En ese entonces Alur producía únicamente a partir de la caña de azúcar, en Bella Unión, y estaba muy por debajo del punto de equilibrio económico de la empresa. “Posteriormente, agregamos como materia prima el sorgo dulce, lo que permitió diversificar la producción y producir alcohol carburante [bioetanol] e invertir en otros puntos del país, como en Paso de la Arena [Montevideo] y también en Paysandú”, dijo.

En 2011 comenzó una segunda etapa, en la que no sólo la producción está más diversificada en productos como etanol, energía eléctrica, biodiésel y alimento animal, sino que la empresa también ha alcanzado resultados positivos y ha superado, por primera vez, el punto de equilibro, por 600.000 dólares, con una facturación de 116 millones. En 2012, los incrementos de producción fueron aún mayores, alcanzando volúmenes más significativos. La producción de etanol en Bella Unión pasó de 17.000 metros cúbicos en 2011 a 22.100 metros cúbicos en 2012, y se estima que en 2013 el volumen de producción será de 27.000 metros cúbicos, debido a la diversificación de la materia prima.

A esto se le agrega la producción de 18.000 toneladas de biodiésel en la planta del Paso de la Arena, que se situó por encima de la capacidad nominal de la planta. “Cuando comenzamos las negociaciones, la capacidad era de 16.000 toneladas. Sin embargo, al diversificar las materias primas para operar en ella, la planta demostró tener un nivel de eficiencia más alto”. Según el jerarca, esto se debe al enfoque de soberanía energética de la empresa; en este caso, además de producir a partir de soja, se procuró utilizar la canola en invierno y, como alternativa veraniega, el girasol, así como el cebo vacuno. La utilización de este último resulta de importancia adicional para los productores (netamente exportadores) ya que, de esta manera, “encontraron una alternativa de negocio en el mercado interno”.

De León destacó que “con igual capacidad instalada, se fueron mejorando los procesos de producción y agregando productos”. “Hoy en día 60% de la facturación de Alur proviene de los biocombustibles [etanol y biodiésel]”, manifestó. Otro elemento destacado por De León, es que se ha logrado extender la duración de la zafra. “Cuando llegamos, la zafra duraba aproximadamente 70 días, hoy dura 220”, dijo. “La zafra que arranca el 15 de marzo con el sorgo dulce, continuará hasta octubre”, precisó el director de Alur. En esta planta de Artigas también se ha innovado en otro aspecto: el sistema de transporte de la caña. “Estamos tratando de implementar el transporte a granel, lo que no sólo mejora la eficiencia del sistema productivo, sino que permite producir con mejor calidad”, explicó. En 2012, 52% de la caña se transportó a granel, mientras que el objetivo para este año es que “la totalidad de la caña se transporte de esta manera”. Al transportarlo “mediante cadenas”, la caña quedaba estancada en los denominados “patios de caña” por períodos de hasta tres días. “Ahora llega directamente al proceso industrial y así se incrementa la cantidad de azúcar, mejorando, por ende, la eficiencia en la producción”, explicó De León. “Es lo que hacen todas las industrias en la región, no es algo que inventó Alur; sólo nos estamos actualizando”, precisó.

También se refirió a los proyectos de la planta de biodiésel en Capurro, a inaugurarse en abril, y la planta de etanol en Paysandú, que prevén que esté funcionando el último trimestre de 2014. Estiman que esta última, que producirá a partir de sorgo grano, aumentará “aún más” la facturación de la empresa y “permitirá autoabastecer las necesidades locales de alimento animal y mejorar la productividad”, ya que “actualmente somos tomadores de precios internacionales”. Adicionalmente, permitirá “sustituir 10% del gasoil y 13% del etanol en gasolina”.

Sin embargo, para De León los logros “no están sólo en la cadena de valor”, sino que se manifiestan en “haber creado una industria en situaciones inclusivas, en la que se da oportunidades laborales a más de 4.000 personas, entre pequeños productores y prestadores de servicios”, también “a nivel país”, donde, bajo el enfoque de soberanía energética, se ha logrado sustituir 5% de la nafta, 3% del gasoil y entre 35% y 40% de la producción de alimento animal, además de “consolidar” la producción de azúcar nacional al sustituir 57% de las producciones importadas.