El crecimiento del Índice de Precios del Consumo (IPC) en febrero se ubicó en 0,99%, cercano al del mismo mes de 2012 (0,88%), pero en línea con lo esperado por los analistas consultados por el Banco Central del Uruguay (BCU). El aumento del nivel general de precios para los últimos 12 meses se situó en 8,89%, una cifra también mayor al 7,94% registrado en los 12 meses acumulados a febrero de 2012.

Según cifras publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística, el rubro de mayor incidencia en el aumento general de precios de febrero fue “Vivienda”, y dentro de éste, la variación se explica por subas en las tarifas de OSE y UTE que comenzaron a regir a partir del 1o de febrero, además del crecimiento de los gastos comunes.

En segundo lugar, incidieron las alzas en los precios de las legumbres y hortalizas, que en su conjunto aumentaron 4,69%, destacándose particularmente las subas en acelgas (7,29%), zapallitos (10,37%), tomates (11,65%), zanahorias (2,97%), morrones (13,53%) y papas (8,70%). Asimismo, como sucede todos los años, uno de los rubros de mayor alza en febrero fue la enseñanza.

Che, ¿qué esperás?

Gabriela Mordecki, directora del Instituto de Economía (Iecon) de la Universidad de la República, dijo que el incremento de precios de febrero era el que esperaban y agregó que representa “un problema importante”, ya que junto con el dato de enero (1,92%), la inflación “comienza a subir y retoma la tendencia creciente del año pasado”.

Mordecki destacó que en el origen de las alzas de precios se encuentran las presiones de la demanda interna, que entiende que son “las más preocupantes” por la dificultad que implica su control. Al respecto, indicó que las políticas que se han adoptado durante 2012 “funcionaron en los meses que se efectuaron”, pero no tuvieron efectos duraderos. Respecto de continuar aumentando la tasa de política monetaria por parte del BCU, considera que “no es la solución”, ya que “luego se interviene en el mercado cambiario y si el tipo de cambio no termina por caer parte del efecto buscado se anula”. Para Mordecki, dada la restricción fiscal que enfrenta hoy la economía, se debería transitar el camino de aumentar los encajes bancarios -la porción de los depósitos inmovilizados en el BCU- y, de esa manera, encarecer los créditos en general, “ya que [esta medida] afecta tanto a los depósitos en pesos como en dólares”, y recordó que “el gobierno ya lo ha hecho en el pasado y no tiene un costo fiscal tan elevado como otras posibilidades”, fundamentó.

En este mismo sentido se expresó Pablo Moya, de la consultora privada Oikos, quien indicó que la política monetaria “ha sido ineficaz en contener el crecimiento de los precios”. Según Moya, el instrumento utilizado (la tasa de interés) “no ha tenido el resultado esperado, quizá porque no era el momento indicado para usarlo”, y explicó que “las condiciones cambiaron; con una tendencia descendente de la inflación podía servir, hoy ya no”.

Opinó al igual que Mordecki que la actual es una coyuntura en que la política monetaria debería optar por usar los “agregados monetarios” como instrumento, en lugar de la tasa de política monetaria. Recordó que hay un “grupo importante de precios que crecen a un ritmo alto para lo que es deseable” y bajo esa lógica espera que los precios sigan creciendo y cierren 2013 en torno a 8%.
En materia fiscal destacó que el gobierno debería “disminuir las cargas tributarias sobre las empresas”, particularmente en aquellas que operan en mercados oligopólicos, con escasa competencia, “y que trasladan esos costos fiscales a los precios”. Aclaró que en la estructura de costos “no sólo pesan los salarios” y puso como ejemplo el crecimiento de la tarifa energética, que “creció a una tasa anualizada de 60%”.

Traspaso

Santiago Rego, de Cinve, coincidió que el 0,99% de crecimiento del IPC era un dato esperado y aclaró que febrero “es un mes de alta inflación”, ya que confluyen incrementos en las cuotas educativas y tarifas públicas. Remarcó que a su juicio los efectos del temporal sobre los precios de frutas y verduras “no fueron tan fuertes como estaba previsto” y enfatizó que las presiones sobre el sistema de precios están explicadas por los precios de los bienes no transables.

Destacó que “básicamente los servicios son los que aportan más a la inflación”, que tiene que ver con la mayor demanda interna derivada de los incrementos del salario real y “el alto uso de recursos”, en referencia al bajo nivel de desempleo que determina escasez de mano de obra.

En materia fiscal, el diagnóstico de Cinve aclara que el déficit de las cuentas públicas “no implica presiones sobre la inflación”, pero sí determina que no haya margen para hacer política tarifaria. Sin embargo, no cree que se produzca una aceleración del ritmo de crecimiento de los precios, ya que los incrementos salariales van a moderarse durante este año “por un menor correctivo por inflación pasada”, que determinará que el salario real crezca en torno a 3%, por debajo del 4,24% de 2013.

Recordó que no se puede negar que “hay presiones salariales” sobre los precios y recordó que en promedio por cada punto porcentual de incremento de los salarios 0,3 se traslada a precios.