El comienzo de la actividad estuvo a cargo del director de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, Adolfo Carafi, quien enfatizó en la necesidad de planificar los pasos de ambas partes para “no duplicar esfuerzos, ni atribuirles un exceso de actividades a unas áreas y pocas a otras”. La Declaración de la cumbre de Santiago, en la que participaron 32 países de la CELAC (sólo Paraguay estuvo ausente), se proponía “atacar temas críticos y sociales como la pobreza, reducción de las desigualdades, educación y cultura; además de energía, finanzas, ambiente, agricultura familiar, ciencia, tecnología, transporte e industrialización”.

A efectos de realizar un seguimiento de estas actividades se procurará una evaluación externa a la CELAC en torno a 15 indicadores de desarrollo económico-social, según contó Carafi.

El funcionario chileno valoró la integración de los estados caribeños a las negociaciones, hecho que genera un clima de trabajo que afianza el “espíritu de comunidad”, lo que para él genera “gran esperanza y expectativa” en la región.

Dos caras

La visión europea poscumbre fue ofrecida por el jefe de delegación de la UE en Uruguay y el Mercosur, Juan Fernández, quien destacó la importancia de adoptar políticas que “promuevan el comercio y la inversión” entre los bloques. Estas políticas deben tener en cuenta “los diferentes niveles de desarrollo y las prioridades respectivas de los países”.

Según Fernández, para trabajar con eficiencia “no puede haber divergencia” en los objetivos. Sin embargo, hizo cuentas sobre las diferentes realidades que viven hoy los países de ambas regiones: “América Latina se encuentra en una situación de bonanza económica, derivada de una gestión económica acertada en un escenario de aumentos de precios de las materias primas”, dijo y agregó: “Ha aprendido la lección: las autoridades económicas que dirigen la región han terminado con las limitaciones de los años 80”. “En Europa, mientras tanto, estamos sumergidos en una recesión económica y, a su vez, en algunas situaciones de incertidumbre”, manifestó y repasó los conflictos entre algunos de los miembros de ambos bloques, como el de Gran Bretaña y Argentina por las Malvinas, los derivados de la estatización de la petrolera YPF por parte del gobierno argentino, y por último habló de la presencia “creciente” de China en el continente americano, un elemento que Fernández describió como “de pesadumbre” ya que “afecta la posición” que Europa tiene en el continente.

Fernández dijo que Europa vino a la cumbre con un “bagaje positivo”, refiriéndose a los tratados de libre comercio vigentes con Corea del Sur, Vietnam y Singapur, y los acuerdos con Japón, Indonesia, Estados Unidos y Canadá, por lo que espera “consolidar la forma de diálogo” planteada en la cumbre y llegar a acuerdos en los que primen la innovación y la inversión, temas que caracterizó como “estrellas”.

La declaración de Santiago asegura que los jefes de Estado y de gobierno involucrados reiteraron el “compromiso de evitar el proteccionismo en todas sus formas”, afirmando con decisión “favorecer un sistema de comercio multilateral abierto y no discriminatorio”, pero para el embajador en representación de la UE, “los acuerdos podrían haber sido más ambiciosos”.

Sobre la mesa

Respecto del Mercosur, agregó que la UE se mueve “con paciencia” y que la negociación “lleva muchos años en marcha”, ya que “hay países que están más interesados que otros [en avanzar]”.

“Se sigue pensando que la UE tiene un sistema de protección agrícola que impide que esta negociación avance, no voy a negarlo” confesó Fernández, pero estableció que actualmente Europa importa 60.000 millones en euros de productos agrícolas del mundo en desarrollo. Al mismo tiempo sostuvo que actualmente “está sobre la mesa” un programa para reformar la política agraria común de la UE, que tiene como objetivo “hacer lo mínimo para que se pueda arraigar a la producción en el medio rural” y destacó que se trata “básicamente” del empleo de cuotas y aranceles, ya que “los subsidios están descartados”.

“Creemos que falta este bloque [el Mercosur], que es muy importante y parte de la integración que estamos buscando entre Asia, América y Europa y esperamos que pueda concretarse a la brevedad”, concluyó.