La encuesta de Datafolha fue dada a conocer por el diario Folha de São Paulo y TV Globo, mientras que la de Ibope fue publicada por O Estado de São Paulo. Es la primera vez que ambas consultoras muestran a la presidenta con una ventaja que supera el margen de error, que ronda los dos puntos porcentuales. Si se consideran sólo los votos válidos -excluyendo votos en blanco y anulados-, tal como se hará el domingo, la ventaja de Rousseff es de 53% a 47% según Datafolha y de 54% a 46% de acuerdo con Ibope.

Ya antes de que se dieran a conocer los sondeos, los diarios brasileños indicaban que dirigentes del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) vinculados con la campaña de Rousseff tenían la sensación de que su estrategia estaba dando resultado. Durante los últimos días, cada partido agredió al otro en su tiempo de publicidad electoral gratuita en radio y televisión. Estos enfrentamientos llegaron a tal punto que se les llamó la atención desde el Tribunal Superior Electoral, pero ayer mismo los partidos hicieron un acuerdo para dejar de recurrir a la Justicia para exigir derecho a respuesta o limitación del tiempo de propaganda o denunciar supuestos casos de difamación o injurias en la propaganda del otro. Los partidos manifestaron que no querían cercenarse mutuamente el tiempo de propaganda.

Según los medios brasileños, en el equipo de campaña de Rousseff se considera que ha sido fundamental la salida de la militancia a las calles, que se hizo fuerte cuando las encuestas dieron a Neves como favorito, días después de la primera vuelta del 5 de octubre. Los cierres de campaña están previstos para esta noche, con eventos en varias ciudades, pero tanto el PT como el PSDB han hecho movilizaciones masivas en los últimos días, en particular en San Pablo.

En varias de las convocatorias de uno y otro partido han estado presentes los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, del PT, y Fernando Henrique Cardoso, del PSDB.

Lula ha ocupado un papel central en la campaña de Rousseff, y en los últimos días fue el encargado de las críticas contra Neves. Por su parte, Cardoso se ha mantenido un poco más al margen pero ha deslizado críticas a Rousseff, como ayer, cuando declaró a Folha que la presidenta ha dicho algunas cosas por su “ambición por el poder”. El ex gobernante agregó: “Ella no puede creer las cosas que dice: nosotros hicimos la estabilización [económica], iniciamos los programas sociales; que diga que no fue así sólo para ganar una elección me entristece”.

Más allá del papel secundario de Cardoso en la campaña, la presencia de ambos ex presidentes recuerda que el enfrentamiento entre sus partidos es, como dijo Lula antes de la primera vuelta, “un clásico” de la política brasileña. Los balotajes con esos dos partidos se han repetido desde 1994. Los dos primeros se definieron a favor del PSDB y los tres últimos a favor del PT. ■