Con la determinación de la mamá que el lunes a las siete de la mañana despierta al nene al grito de “¡a levantarse que hay que ir a la escuela!”, Defensor Sporting sacudió los sueños del mejor Racing de los últimos años y echó a andar los suyos. El juego de Giorgian de Arrascaeta y compañía copó cada rincón del Roberto hasta desnaturalizar la competencia por exceso de desequilibrio. Como si se tratara de otro deporte.

Estiró su invicto a seis fechas, saltó al tercer lugar de una tabla en la que ahora está más cerca de la punta, y pasó a ser el equipo más goleador del torneo. Es temible cancha arriba, porque Giorgian ahora es el que puede, ese irremediablemente asociado a sueños altos y celestes. También es temible porque Adrián Luna vuela e Ignacio Risso reúne efectividad e inteligencia. Suma la seguridad defensiva que no tuvo hasta bien entrado el torneo, y que algunos ya asocian a la incorporación de Andrés Scotti. Desde que entró en racha, al equipo de Fernando Curutchet sólo le hicieron dos goles. La tabla dice que lidera Nacional, pero las canchas dicen que el mejor equipo del momento es Defensor.

Su ataque se ensañó con la manga zurda de la defensa rival. De entrada, hubo mucho laburo para Darwin Torres y Pablo Lacoste. La sociedad Luna-De Arrascaeta se les volvió incontenible. Vos para mí, yo para vos: el primer gol fue del Cocho y el segundo del Fuyi, que se habilitaron en ambas jugadas. El tuerto golpeó a los 5 minutos y a los 26, sin que la actitud de ese Racing tempranamente superado fuera la que se vio cuando la goleada tomó cuerpo. Por el contrario, el gusto por la pelota permitió que los de Mauricio Larriera empujaran a Defensor hacia el arco de Millán y empezaran a construir un descuento merecido. No les sobraron las posibilidades, porque los violetas fueron compactos y tasaron altísimo el metro cuadrado cerca de su área. Juan Pablo Rodríguez lo sufrió particularmente, cada vez que enganchó sin suerte ante las piernas visitantes. Pero el descuento llegó y lo involucró. Fue el zurdo volante el que ejecutó el córner que el neogoleador Damián Malrechauffe conectó justo antes del entretiempo.

El diario del lunes dice que Diego Zabala gastó la única bala cervecera destinada a cambiar la tarde. No la aprovechó por la enorme capacidad de Martín Campaña, que le tapó un remate quemante cuando amanecía el segundo tiempo y el Racing Club de la Paciencia seguía intentándolo. Nadie se imaginaba que a los 69 todo se terminaría. Entonces se equivocó Jorge Contreras tras un centro y llegó el tercer gol, a medias entre Ernesto Dudock en contra y Risso. Se abrió la canilla. Y el Loco volvió a equivocarse en el cuarto, y la frazada de Racing se volvió demasiado corta mientras caían el quinto y el sexto. Final bien violeta, con Defensor a toda uva y el menú cambiado. Con vinillo en donde decía cerveza.