Salió a buscar votos para su diputación por Tacuarembó como “Wilson Aparicio” (35) y omitió su primer apellido, Ezquerra, para diferenciarse de su tío, el intendente Wilson Ezquerra. Su abuelo materno era “caudillo batllista” y sus tíos, militantes del Frente Amplio (FA). Ezquerra comenzó en los gremios liceales. Fue cofundador de la Corriente Gremial Universitaria (CGU) en la Facultad de Medicina (Universidad de la República) e integrante del Movimiento Nacional de Rocha. Fue edil y en el último período asumió la secretaría general de la Junta Departamental. Hasta entonces había trabajado como cajero en la empresa familiar. “Me interesa todo lo relacionado a la generación de puestos de trabajo en el interior”, subrayó.

José Yurramendi, diputado electo por Cerro Largo (Alianza Nacional [AN], Partido Nacional [PN], 32 años), se llama igual que su padre, que fue director de Bie-
nestar Social durante la intendencia de Villanueva Saravia, su primo. No obstante, no modificó su nombre para hacer campaña. “A mí me conocen como Josesito”, aclaró. Comenzó su militancia en el grupo de jóvenes de Saravia y luego de su fallecimiento participó en la conformación de una corriente de la que surgió Sergio Botana como intendente. Yurramendi tiene una empresa de distribución de plásticos desde hace algunos años, aunque en el último período de gobierno fue director de Servicios y Medio Ambiente de la Intendencia de Cerro Largo. Adelantó que presentará un proyecto para que un porcentaje de los impuestos que recauda Rentas Generales de los free shops se destine a la infraestructura de transporte y rutas. También pedirá a los siete alcaldes electos en mayo de 2015 un espacio en las sedes municipales para “atender a la sociedad, a las organizaciones, las inquietudes” para poder conocer las necesidades de los locatarios y poder representarlos debidamente.

El diputado electo Conrado Rodríguez (Batllistas de Ley, Partido Colorado [PC], 34 años) no evidencia en su apellido el peso de la tradición familiar. Su padre, Renán, de quien se nutrió en su militancia, fue subsecretario de Trabajo y Seguridad Social durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti. “Primero acompañaba, luego fue surgiendo la convicción personal, siempre desde los sectores batllistas, y en la crisis de 2002 decidí militar más intensamente, me metí en serio”, contó. En 2007 se convirtió en convencional nacional en las elecciones juveniles, por una lista por fuera de los sectores, y en las internas de 2009 acompañó la candidatura “independiente” de Diego Lamas. Para asumir como diputado, dejará el cargo de funcionario público en el Poder Judicial. “Para nosotros, los batllistas, lo primordial tienen que ser las políticas sociales. Los proyectos de ley tienen que estar vinculados a los sectores más desprotegidos tanto en lo salarial como en lo impositivo”, aseguró.

“Empecé a militar de gurí chico, por tradición”, contó el diputado electo por Paysandú Nicolás Olivera (AN, PN, 33 años), cuyo padre, Juan Alberto, fue secretario de Daniel Fernández Crespo. Estudió derecho en la Regional Norte y al volver al pago sanducero fue edil por dos períodos consecutivos. Fue director de Vivienda en la actual intendencia de Bertil Bentos, aunque ahora se desempeña en la Dirección de Obras. “Como diputado del interior se impone la descentralización de recursos, de servicios y de las decisiones”, resaltó.

La diputada electa Valentina Rapela (Vamos Uruguay, PC, 26 años) es sobrina nieta del general Julio César Rapela, ministro del Interior durante la dictadura y asesor de Gregorio Álvarez. “Eso no influyó absolutamente en nada”, dijo Rapela, quien prefirió responder las preguntas por correo electrónico y subrayó que aún no ha sido proclamada como representante por la Corte Electoral. “Ingresé a la militancia política hace aproximadamente tres años, cuando Guzmán Ifrán, líder y fundador, junto a su hermano Matías, de la lista 505 […], me invitaron a participar en su movimiento político, que data de 2007. […] Siempre fui colorada, pero definitivamente afiancé mi convicción batllista gracias a la gloriosa 505, muy diversa en cuanto a la composición ideológica de sus integrantes, mis compañeros de militancia y amigos, pero con un denominador común no menor, el batllismo, con todo lo que seguir los pasos del gran José Batlle y Ordóñez implica: Los más postergados como el desvelo de nuestro accionar político, la prédica constante de la tolerancia política y social, y nuestro acérrimo e incuestionable apego al republicanismo y a la 
democracia”, escribió.

“Me crié dentro de la izquierda”, dijo la diputada electa por Salto Manuela Mutti (Movimiento de Participación Popular [MPP], FA, 27 años). Su padre, Nery Mutti, es ejecutivo nacional del MPP, sector al que Manuela pertenece desde los 13 años. Es profesora de Historia y trabaja en un programa de acreditación de saberes en el medio rural de UTU. Le interesa la descentralización universitaria además de impulsar la autogestión en el agro y en la industria, “porque son gérmenes de una sociedad diferente”. “Hay que seguir avanzando en la revolución de los derechos”, resumió.

El frenteamplista Gonzalo Civila (29), actual secretario político del Partido Socialista (PS), electo diputado por Montevideo, proviene de una familia de izquierda. Comenzó su militancia social en la adolescencia, en los asentamientos de la capital, en la Iglesia Católica, ya que concurría a un colegio franciscano. En 2002, en el contexto de la crisis, se incorporó a un comité de base del FA en la zona del Mercado Modelo y posteriormente al PS. “Con cierto proceso de lectura y transformación ideológica me di cuenta de que eso no se cambiaba desde la caridad sino con transformaciones profundas”, dijo. “Soy profesor de Filosofía, tengo especial interés en la construcción de un proyecto educativo nacional de cambio. Soy latinoamericanista, me interesa la integración regional. También promover la participación política de los jóvenes, la economía y el cooperativismo”, enumeró.

Un caso aparte es el diputado electo Martín Lema (Aire Fresco, PN, 32 años). Hijo de un empleado bancario y una maestra, encontró su vocación política cuando estudiaba Derecho. “Me hice del PN por convicción, sin saber a qué líder seguir. En 2006 me llamó la atención [Luis] Lacalle Pou, conseguí su teléfono y tuvimos una reunión con otros chiquilines. Nos dijo que no quería hacernos perder tiempo porque aún no quería entrar en Montevideo. Ahí supe que este loco valía la pena: no nos quiso entretener, fue de frente, hasta que un día nos llamó”, relató. En 2009 renunció a su empleo privado y se convirtió en asesor del ahora candidato presidencial. Le interesan los “temas sociales”, pero subrayó que, “gane quien gane”, su rol como representante nacional será el de “fiscal” del gobierno.