La resolución de construir un puente para unir Maldonado y Rocha por la Laguna Garzón implicó cambios en la zona. Uno de ellos es la incorporación de la laguna y su entorno al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), hecho que se concretó el viernes 21, luego de muchos años de discusión. Ingresó como “Área de Manejo de Hábitats y/o Especies”.

Desde el SNAP se informó que con la Laguna Garzón son 11 las áreas protegidas y que “todas son representativas de los ambientes naturales y culturales de nuestro país: ríos, sierras, montes, humedales, pastizales, quebradas, zonas marinas, costeras e islas que conforman actualmente 160.428 hectáreas”.

En cuanto al área Laguna Garzón se valoró que “integra un extenso sistema de lagunas de la costa atlántica del Cono Sur, siendo uno de los ecosistemas autóctonos de nuestro país”. Desde el SNAP se valoró que allí hay un “mosaico de ambientes singulares de elevado valor paisajístico y patrimonial en un espacio territorial pequeño”. Además, hay una diversidad de fauna y flora asociada a los ambientes detectados.

La solicitud de ingreso al SNAP la hizo la organización Vida Silvestre Uruguay en 2007.

Cuenca valorada

El director nacional de Medio Ambiente, Jorge Rucks, indicó a la diaria que, independientemente de la construcción del puente que se está llevando adelante desde fines de agosto, desde hace 20 años la cuenca de la Laguna Garzón es analizada por sus valores y cuenta con protección ambiental. Sin embargo, la protección “era muy genérica y no obligaba a nadie a nada”. “Con el ingreso [al SNAP] se explicita una serie de exigencias y se va a tener un plan de manejo que se va a definir en consenso con los vecinos y propietarios del área”, puntualizó.

Si bien para la construcción del puente se acordó el ingreso del área al SNAP y la designación de ese tramo de la ruta como “de valor turístico” -lo que implica que no puedan circular vehículos de gran porte-, la denominación no genera cambios en lo que respecta a las obras en proceso. Guillermo Scarlato, coordinador general del SNAP, remarcó que las exigencias ambientales ya quedaron establecidas al momento de autorizar el plan de obra. La designación de área protegida aporta a futuro, porque “uno supone que con un puente hay un proceso de uso y de ocupación del territorio que puede cambiar”. Esto estará regulado, porque el ingreso al SNAP conlleva el desarrollo de mecanismos de gestión: cuando un área pasa a formar parte del sistema se designa un organismo administrador que podrá estar integrado por personal del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA) o de la Intendencia. Asimismo, se crea un ámbito de participación social, con la conformación de una comisión asesora específica del área, integrada por organismos del Estado, nacionales y locales, así como por vecinos y propietarios. Esa comisión será responsable de asesorar al MVOTMA en la gestión del área.

Consultado sobre los avances de la obra en curso, Luis Lazo, director nacional de Vialidad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, comentó que está encaminada con “normalidad” y que la proyección es que lleve 18 meses. Indicó que existe un control permanente por parte del MVOTMA en cuanto a la preservación y que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) también visita periódicamente la obra.

Sobre un incidente registrado en la obra en los primeros días de octubre, cuando una retroexcavadora se hundió en la laguna, Lazo dijo que “se sacó del agua y se entregó a la Dinama el informe correspondiente sobre el suceso y las medidas implementadas”.