Para el economista en jefe del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, es necesario que América Latina y Uruguay continúen reduciendo la desigualdad, pero comiencen a apostar a transformarse en sociedades “más calificadas”. Advirtió que al menos en el corto plazo, es necesario aumentar los retornos a la educación, aunque eso determine que aumente la distancia entre salarios de trabajadores calificados y los que no lo son.

Si bien De la Torre no manejó datos sobre Uruguay, aseguró que el país se ve reflejado en la evolución descendente de la desigualdad en el continente. Medida por medio del índice de Gini, la desigualdad de ingresos cayó en América Latina mucho más que en otras regiones en los últimos diez años.

Según De la Torre, la caída de la desigualdad en la región se explica no tanto por las políticas sociales implementadas por los gobiernos de la región, sino por el mayor dinamismo del mercado laboral. Los datos dicen que la más activa política social, si bien ayudó a reducir la pobreza, no explica la reducción de la desigualdad. En particular, los datos del BM indican que Uruguay fue uno de los países en donde la reducción de la desigualdad se explica más por el incremento de los ingresos salariales de las personas y el aumento del empleo que por las transferencias sociales del Estado.

El representante del BM destacó que también se redujo en todos los países de la región la brecha entre los salarios de los trabajadores más calificados y los menos calificados. Sin embargo, esta reducción de la desigualdad salarial se explica porque desde 2003 se verifica una caída en los retornos que da la educación. Esto, al menos en el corto plazo, plantea para el BM la disyuntiva de cómo lograr que continúe reduciéndose la desigualdad y a la vez tener una sociedad más educada. “Esta misma tensión puede estar presente en Uruguay cuando se discuten los temas educativos”, afirmó De la Torre. Si bien a largo plazo mejorar los retornos a la educación beneficia a la sociedad en su conjunto, en el corto plazo puede generar que repunte la desigualdad salarial.

La principal hipótesis que maneja el BM acerca de la caída en los retornos educativos se refiere a que nuestros países han tenido un patrón de crecimiento especializado en actividades que demandan trabajo menos calificado. En este sentido, destacó que en América Latina el sector servicios atrae trabajadores más calificados que la industria, lo cual es raro a nivel internacional. En varios países de la región se observa que los empleos más demandados son los que requieren mínima calificación. Según De la Torre, el caso contrario es Chile, un país en el que las actividades que más crecen son las que demandan más capital humano. Comentó que en países chicos como Uruguay “la pura lógica del mercado no es lo mejor”. La planificación de la educación requiere un trabajo estrecho entre el sector público y los agentes privados. “A veces el burócrata quiere producir bienes públicos, pero no sabe cuáles”, indicó, y si bien estimó que tanto en nuestro país como en América Latina seguirá creciendo la demanda de trabajadores con menos calificación, es necesario “crear una economía con más educación”. Para De la Torre, a la hora de pensar en una reforma educativa hay dos elementos a tomar en cuenta: la necesidad de aumentar la calidad de la educación secundaria y la calificación de quienes enseñan. ■