La fina muñeca de Leandro García Morales en el tercer cuarto fue el arma letal para definir el partido de anoche, en el que Aguada derrotó 88-69 a Hebraica en el Palacio Peñarol, forzando a un quinto partido la última serie de cuartos de final de la Liga Uruguaya de Básquetbol. García Morales fue figura y aportó 29 puntos, pero el goleador aguatero ayer fue Rodrigo Trelles, que redondeó su gran juego con 31 puntos. Ahora se verán las caras el sábado, en el duelo que definirá el rival de Defensor Sporting en semifinales.

Así las cosas

Parejo con ritmo y cabeza en la cancha. Empezaron intercambiando gol a gol, siempre con una leve superioridad en el marcador para Aguada. Con el juego que se presumía: García Morales jugando poste alto-bajo tanto con Smith como con Dilligard; los macabeos intentando el mismo formato de ataque con Lamonte y Passos. Sobre el final, y luego de que Lamonte fallara una bandeja en la puerta del aro, Leandro clavó un triple y sacó diferencias en goleo, rumbo a ponerse 19-12 en el final del primer cuarto. Luego del arranque del segundo cuarto, fue 7-2 parcial para Hebraica y otra vez se puso en juego apretado. Cuando faltaban 3 minutos, Lamonte y Leandro hicieron 5 cada uno, y el destaque pasó por otro lado: el juego de Rodrigo Trelles. Con una diferencia que osciló siempre entre los 5 puntos de ventaja, el juego del alero aguatero se aprovechó de las defensas desconcertadas ante la movilidad del juego que proponía Aguada cuando García Morales era bien marcado.

El complemento empezó con un abuso del tiro exterior. Defensas estrechas, ofensivas lejanas. Aguada perdió la diferencia porque Hebraica, como el Pac-Man, fue comiéndoselos de a uno. Todo hasta que se despertó García Morales. El alero calentó la mano y empezó a llevar al equipo en sus espaldas. Sacó diferencia de 14 terminando el tercer cuarto, con 15 tantos seguidos. El texto explica lo que dijo la cancha. Terminaron 59-47 arriba Aguada. Empezó el último chico y no varió: máxima diferencia en el partido a favor de los de Espíndola por un tanteador de 63-47. Parecía muchísima renta y poco tiempo para ser descontada y fue así, nomás.