Antes de reunirse con Maduro, la MUD presentó en Caracas a una delegación de cancilleres de la Unasur una carta con sus condiciones para dialogar. Entre ellas, reclamó que ese diálogo se transmita por radio y televisión, para garantizar su transparencia, y la presencia de un mediador o un testigo. Según los anuncios que hicieron anoche representantes del gobierno y la oposición, estas condiciones fueron aceptadas.

Después del encuentro, en conferencia de prensa, el vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza, dijo que espera que hoy o mañana se lleve a cabo la primera reunión formal en este diálogo, “que será pública y que los venezolanos podrán también compartir y ver”. Agregó que acompañarán el encuentro, “como testigos de buena fe”, los cancilleres de Ecuador, Ricardo Patiño, de Colombia, María Ángela Holguín, y de Brasil, Luiz Alberto Figuereido, y que “muy probablemente” se sume a ellos un representante de la Iglesia católica venezolana.

El dirigente opositor Aveledo manifestó su voluntad “de que esa primera reunión del proceso de diálogo ocurra ante toda Venezuela y ante el mundo, para que ocurra con toda transparencia para que quede perfectamente claro las posiciones de todos, las motivaciones de todos y la sincera voluntad que todos”.

Tanto Aveledo como Arreza destacaron que en la reunión de ayer se trataron propuestas para atender los problemas de seguridad pública y los que atraviesa la economía venezolana.

Antes de ayer

Medios oficialistas recordaban, antes de la reunión, que el Ejecutivo de Maduro ha convocado a una “Conferencia por la Paz” desde febrero, cuando comenzaron las manifestaciones opositoras, y que la oposición había puesto condiciones a ese diálogo. La MUD se aseguró de llegar al encuentro de ayer en sus propios términos.

Entre las condiciones que presentó a los cancilleres de Unasur, incluyó una medida política -que se renueven cargos públicos cuyo mandato ya finalizó- y varias otras vinculadas a las protestas que comenzaron el 12 de febrero, informó la agencia de noticias Efe. Ese día la oposición se sumó a movilizaciones estudiantiles para protestar contra la inflación, el desabastecimiento y la delincuencia. Algunos dirigentes convocaban a manifestar bajo el lema “la salida”. Desde entonces, la violencia vinculada a esas protestas dejó 39 muertos y cientos de heridos y detenidos.

La MUD reclamó una comisión de la verdad “independiente” que investigue esos hechos, una amnistía para los detenidos en las protestas, que considera “presos políticos”, y el desarme de grupos paramilitares que, según afirma, están vinculados con el gobierno. Acerca de estos puntos ayer no había novedades.

En este diálogo están ausentes los principales dirigentes que convocaron a las protestas y a buscar “la salida” de Maduro. Uno de ellos, Leopoldo López, está preso, acusado de diversos delitos vinculados a los hechos violentos de los últimos meses y desde la cárcel acusa al gobierno de ser una “dictadura”. Lo mismo hace María Corina Machado, otra dirigente identificada con esas manifestaciones. En su cuenta de Twitter, dijo ayer que no acepta un proceso de conversaciones “para estabilizar la dictadura”.

Mientras los opositores ponían condiciones y trataban de pisar fuerte, antes de la reunión, el go-bierno reiteraba sus denuncias de que existe una oposición que responde a intereses poderosos y que busca de-rrocarlo. De visita en Cuba, el ministro de Vivienda, Ricardo Molina, dijo que existen “dos Venezuelas”. Una de ellas es “la de la construcción del socialismo”, con “15 años de avances en materia social”, y otra es la que sus adversarios tratan de presentar al mundo. “El sistema mediático mundial ha querido reflejar que en Venezuela hay una guerra civil, que el gobierno revolucionario es un gobierno represor y violador de los derechos humanos”. Agregó que su país enfrenta desde febrero una “arremetida de violencia organizada por el imperio yanqui e implementada a través de la burguesía venezolana”, que “es un aparato montado muy bien, apoyándose en el sistema mediático mundial para generar las condiciones y poder hacer una intervención en Venezuela, tal cual como hicieron en Siria, en Libia, en Irak”.

El propio Maduro dijo al diario británico The Guardian, en una entrevista publicada ayer, que Estados Unidos instiga las protestas en Venezuela para que su gobierno caiga como el de Ucrania y así “apropiarse del petróleo venezolano”.

Pese a estas distancias, oficialistas y opositores destacaron los buenos términos y el respeto que encontraron ayer en el otro.