Le decían “Toba”. Era militante del sector herrerista del Partido Nacional (PN) hasta que en 1968 participó en la creación del movimiento Por la Patria, liderado por Wilson Ferreira Aldunate. Tanto en las elecciones de 1965 como en las de 1971 fue electo diputado, pero en estas últimas además, fue electo por sus compañeros como presidente de la Cámara de Representantes, puesto que ejerció hasta el golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Se exilió en Buenos Aires y, en 1976, fue encontrado asesinado junto al senador frenteamplista Zelmar Michellini y a Rosario Barredo y William Whitelaw, que integraban el Movimiento de Liberación Nacional.

Pasaban unos minutos de las 11.30 cuando el músico y actor Julio Frade rompió el silencio que reinaba en el Cementerio del Buceo para comenzar con el acto. El primero en hablar fue Santiago, nieto de Héctor e hijo del también fallecido Marcos Gutiérrez, quien destacó que lo hacía “primero por mi condición de nieto, pero más que nada por mi condición de blanco”. “Me sorprende la vigencia que tienen hoy en día”, dijo Santiago, de 19 años, en referencia a Gutiérrez Ruiz y Ferreira Aldunate. “Podemos destacar de sus discursos los desafíos por los que ellos luchaban, y que son los mismos por los que luchan los actores políticos hoy en día”, afirmó.

Santiago, además de referirse a su abuelo y a su padre, habló también “como parte de los jóvenes que revoleamos banderas”, siendo que también forma parte de la juventud de la 250. Dijo: “Revoleamos banderas no porque nos gustan las [camionetas] 4x4 y avenida Brasil y la rambla. Revoleamos banderas porque creemos en un país mejor, en los ideales que tenía Wilson, el Toba y Zelmar, y porque de verdad se puede”. Por su parte, y en esta línea, la esposa de Gutiérrez Ruiz, Matilde Rodríguez, dijo a la diaria en referencia al discurso de Santiago que “es parte de toda una nueva generación, que tiene que ponerse a rescatar los valores de la libertad por los cuales murió su abuelo”.

Gandini, quien tomó la palabra luego y elogió el discurso de Santiago, dijo que “cada 20 de mayo cuando hacemos una pausa para recordar a Toba, lo recordamos siempre junto a Zelmar”, siendo que “cada uno desde su lugar, pero juntos desde el exilio representaron la institucionalidad avasallada en nuestro país y trabajaron para recuperar la democracia y la libertad”. “Ellos lucharon juntos […] y por eso hay que recordarlos juntos, porque juntos son un símbolo de libertad”, dijo y agregó: “Nos pertenecen a todos”. “Nosotros queremos mantener viva la memoria de ellos, pero también ser fieles a aquel pensamiento que llevó adelante Wilson: ‘hay que tener memoria para no olvidar’. […] Éste es el único secreto para que las cosas no vuelvan a pasar”, afirmó.

Por su parte, el presidente del directorio del PN, Luis Alberto Heber, recordó “el vozarrón” y “la calidez” que para él representaban la imagen de Gutiérrez Ruiz, a quien además definió como un “héroe partidario” y como “el mejor soldado de la libertad que tuvo el Partido Nacional, porque Wilson fue el líder”. Heber, quien aseguró que “no es de buen blanco separar a los luchadores de la libertad”, también sostuvo que “si acá hay un partido que ha peleado para que la gente pueda votar y gritar lo que quiera en cualquier esquina es el Partido Nacional”. “Y ese orgullo lo podrán compartir otros, pero lo tenemos los blancos”, culminó.

Con un grito de “¡Viva el Partido Nacional!” los presentes rodearon de claveles blancos a la tumba, donde, junto a los restos de Gutiérrez Ruiz, se alzaban dos banderas de “la 250”.