La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Marie Harf, anunció ayer que su gobierno decidió revocar visados de varios funcionarios de Venezuela a los que responsabiliza por supuestos abusos vinculados con las protestas estudiantiles y opositoras que se desarrollaron en los primeros meses del año.

“Aunque no identificaremos públicamente a estos individuos por la confidencialidad de los registros de visas, nuestro mensaje es claro: aquellos que cometan estos abusos no serán bienvenidos en Estados Unidos”, dijo Harf en un comunicado. “Entre los funcionarios venezolanos afectados por estas restricciones se incluyen individuos en los distintos niveles de gobierno, desde ministros y asesores presidenciales a funcionarios judiciales, policías y funcionarios militares”, agregó después en conferencia de prensa.

La decisión supone un cambio en la postura de la Casa Blanca, que se había manifestado en desacuerdo con dos iniciativas presentadas en el Congreso para sancionar a funcionarios venezolanos. Antes de que fuera tomada, un grupo integrado por senadores de los partidos Demócrata y Republicano reiteró el martes ante el secretario de Estado, John Kerry, su iniciativa de sancionar al gobierno de Venezuela, informó la agencia de noticias Efe.

El último episodio tenso entre los dos países se registró la semana pasada, cuando las autoridades de Aruba detuvieron a un funcionario diplomático venezolano, Hugo Carvajal, a pedido de la Justicia estadounidense, porque el Departamento del Tesoro lo acusó en 2008 de estar vinculado con actividades de narcotráfico en Colombia. El fin de semana, Aruba reconoció su estatus diplomático y regresó a Venezuela. Entonces, Washington acusó a Caracas de ejercer presiones económicas para que fuera liberado, y Venezuela respondió que sólo utilizó argumentos 
jurídicos.

“Entendemos todas estas agresiones del Departamento de Estado como el grito desesperado de quienes saben que el mundo está cambiando”, dijo el canciller venezolano, Elías Jaua, según citó la agencia de noticias Reuters. “Bienvenida sea su furia”, concluyó. Aclaró que Estados Unidos todavía no le había informado de las sanciones a Venezuela.

Varios congresistas estadounidenses que promovían esas medidas se alegraron de la decisión del gobierno de Barack Obama, pero reclamaron “sanciones más contundentes”. En esto coincidieron el senador demócrata Robert Menéndez y el republicano Marco Rubio, que opinó que ésta es una señal de que “Estados Unidos no tolerará violaciones sistemáticas de los derechos humanos”, y opinó que “a esta acción le debe seguir la congelación de activos.