El grupo “BRICS entró en un segundo ciclo. El primero terminó hoy y ahora podemos avanzar hacia resultados más tangibles”, dijo el primer ministro indio, Narendra Modi, el martes, en la apertura de la VI Cumbre de los países del bloque en Fortaleza y Brasilia.

La principal señal de cambio es la concreción del Nuevo Banco de Desarrollo, una propuesta que se discutió por casi dos años y hasta minutos antes de la firma del acuerdo. La sede, uno de los puntos más debatidos, estará en Shangái, y la nueva entidad contará con un capital inicial de 50.000 millones de dólares que se destinará a financiar proyectos de infraestructura.

Además del banco, el bloque aprobó la creación de un fondo de contingencia de 100.000 millones de dólares para apoyar a los países que enfrenten crisis, sean o no miembros del grupo. Cada uno de los miembros aportará 10.000 millones de dólares al Nuevo Banco de Desarrollo, una quinta parte. En cambio, para el fondo los aportes variarán según el país. Recibirá, aproximadamente, 41.000 millones de China, 18.000 de Rusia, Brasil e India y 5.000 de Sudáfrica.

Con el Nuevo Banco de Desarrollo y el fondo de contingencia -que todavía no tiene nombre- los BRICS se proponen competir en igualdad de condiciones con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en una fuerte señal de la multipolaridad mundial que pretenden impulsar. La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, destacó que ambos son “pasos importantes para la remodelación de la arquitectura financiera global”. El banco “representará una alternativa para las necesidades de financiación de los países en desarrollo”, mientras que el fondo “contribuirá a la estabilidad financiera global”, dijo.

Más allá del interés en brindar créditos a otros países, los propios miembros de los BRICS serán los primeros en recurrir a ellos. Sudáfrica estima que debe invertir 200.000 millones de dólares en infraestructura, Brasil mejoró mucho en esta área con las construcciones para el Mundial de fútbol, pero todavía tiene necesidades por cubrir, y Rusia e India están lejos de invertir en infraestructura 6% de su Producto Interno Bruto (PIB), tal como lo hacen países como Estados Unidos o de la Unión Europea, informó la BBC. Por su parte, China ha invertido ese promedio en los últimos 15 años y según algunos especialistas no debería recurrir al Nuevo Banco de Desarrollo para obras de este tipo.

El interés de China por el bloque -que reúne 25% del PIB mundial- parece estar más enfocado en aumentar el intercambio comercial. Éste creció entre 2002 y 2012 de 27.000 millones de dólares a 282.000, empujado por la mejora de las cinco economías, pero con un importante impulso chino. La decisión de que la sede del nuevo banco sea en Shangái refleja el peso de China dentro del grupo, ya que la mayoría de los países se inclinaba por la otra opción: Nueva Delhi. Si bien se eligió Shangái como sede, el primer presidente del banco -la primera institución que tienen los BRICS, que hasta ahora eran un grupo informal- será indio, mientras que el Consejo de Gobernadores será designado por Rusia y el Consejo de Directores por Brasil.

Esta apuesta por la multipolaridad estuvo acompañada de un gesto de apertura por parte del bloque, que invitó a los países que integran la Unasur a participar en su VI Cumbre a partir del tercer día, para presentarles las posibilidades que abre el nuevo banco del grupo. Además, se mantuvieron reuniones con la presidenta argentina, Cristina Fernández, cuyo país es uno de los interesados en ingresar al grupo. Los BRICS todavía debaten si están listos para abrir las puertas a nuevos integrantes. El presidente ruso, Vladimir Putin, recordó en una de las conferencias que Rusia ocupará la presidencia pro témpore del grupo y dijo que en ese período hará “todo lo necesario para aumentar la presencia de los BRICS en los problemas mundiales”.

Los otros

Al margen de la VI Cumbre de los BRICS, varios países firmaron acuerdos bilaterales. Por ejemplo, Brasil e India acordaron desarrollar proyectos ambientales conjuntos y compartir las imágenes que obtienen sus satélites de vigilancia terrestre. Brasil se propone utilizar las imágenes de su territorio provenientes del satélite indio para ampliar la supervisión de la deforestación de la Amazonia.

Además, Brasil y Rusia avanzaron en un tema que debaten desde hace varios años: la venta de Moscú a Brasilia de un sistema de defensa antiaérea. Ambos países acordaron que Brasil enviará una comisión que participará en una demostración del sistema de defensa que ofrece Rusia, con miras a una compra en “el corto plazo”, según medios brasileños. Ni Rousseff ni Putin informaron sobre fechas, pero el embajador de Brasil en Moscú, Antônio José Valim Guerreiro, dijo que la compra se podría concretar en octubre o noviembre.