Fueron unos largos cinco minutos desde que uno de los funcionarios del Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) ofertó 940.000 dólares por las 274 hectáreas de la ex bodega Calvinor, a 26 kilómetros de Bella Unión, en Artigas, hasta que finalmente el rematador bajó el martillo y concretó la venta. El BROU, que tenía a su favor la hipoteca del inmueble, fue el único ofertante en el remate de las tierras, y, finalmente, el comprador. Unas 50 personas, entre cooperativistas, sus familiares e integrantes de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA), fueron aliviando la tensión y pasando a la emoción después de asegurarse de que el comprador había sido el BROU, y de que tienen otra chance de que su proyecto siga en pie.

“Queríamos que se diera esta situación, que quedara en manos del BROU para que después nosotros pudiéramos seguir negociando. Estamos parados y estamos vivos. Tenemos el proyecto frente al Fondes [Fondo para el Desarrollo], hay que seguir conversando e ir a plantear al banco, pero al menos hay una posibilidad más”, aseguró Roberto de los Santos, uno de los ex trabajadores de Calvinor e integrante de la Cooperativa de Trabajadores de Vitivinicultura del Norte (Cooptravinor), una vez que terminó el remate.

Los integrantes de Cooptravinor temían que el predio fuera adquirido por un privado que, en el peor de los casos, no estuviera interesado en explotar la bodega.

Calvinor cerró a fines de 2012 y fue a concurso voluntario, y desde entonces los trabajadores, primero ocupando la unidad y luego asumiendo la guardia mediante contrato con el BROU, se ocuparon del cuidado y mantenimiento de la viña, la maquinaria y el predio.

El BROU tenía una hipoteca sobre el bien, y por trámite judicial se resolvió subastarlo. El síndico del concurso por la Asociación Uruguaya de Peritos, Gabriel Ferreira, consideró que es “una buena señal que haya comprado el banco” la tierra, y recordó que todavía se mantiene entre los bienes la maquinaria de la bodega y los tanques. “No pedimos remate de las otras partes apostando a preservar la unidad productiva, para no desmantelar y permitir conservar la fuente de trabajo”, aseguró a Ferreira a la diaria.

Luis Romero, titular de la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), también saludó que el inmueble fuera adquirido por el BROU. Romero consideraba negativo que el predio se vendiera a un privado y que no se tuviera en cuenta el proyecto cooperativo de los trabajadores, y aseguró que desde la Dinatra se hicieron “todas las gestiones que se podían hacer” para que el Estado adquiriera las tierras. Desde el cierre de Calvinor, el MTSS ha otorgado a los trabajadores el seguro de paro y ha colaborado, en conjunto con el Instituto Nacional de Cooperativismo y la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida, en el desarrollo del proyecto de la cooperativa. Romero estuvo en el remate y festejó la compra por parte del BROU: “Seríamos muy esquivos si esa tierra hubiera quedado en manos de quienes quizá, en algún momento, fueron responsables de esta crisis en Bella Unión”, aseguró. Consideró que el proyecto de Cooptravinor es “viable, rentable y dentro de poco va a haber novedades. Los trabajadores van a precisar una extensión de tierra y el resto puede tener un destino diferente, un proyecto turístico o termal”. Romero aseguró que el proyecto puede ser viable para los trabajadores pero fundamentalmente “para la región del norte, para el conjunto de la sociedad”.

También estaba presente durante el remate el presidente de Alur, Leonardo de León, quien considera “muy interesante” el proyecto de los trabajadores. “Hacer una bodega boutique, apostar a hacer vinos de calidad, pero pensando también en que tiene un potencial enorme el tema turismo, con la infraestructura que tienen y con el pozo termal que hay en la puerta. Bella Unión tiene movimiento, fundamentalmente los fines de semana, por los free shops, y hay poca infraestructura turística”. De León destacó que la propuesta de los trabajadores también implica una articulación entre la cooperativa y privados que gestionen la explotación turística, y consideró positivo que el Estado se haga cargo de la articulación. Otra de las formas de explotación del predio sería por medio del cultivo de sorgo dulce, para vender a Alur.

El proyecto de Cooptravinor “es amplio y ambicioso”, aseguró De los Santos. Incluye la plantación de 22 hectáreas para viñedos, 40 para olivos y otro tanto para otros destinos, y recalcó la necesidad de mantener las fuentes de trabajo en la zona: “Alur, si bien da trabajo a una cantidad de gente, no va a mantener a Bella Unión”. Recordó que Calvinor llegó a tener 30% del mercado de vinos finos y exportaba a Brasil. “Yo tengo 32 años de trabajo y no voy a dejar que [lo que fue Calvinor] muera así nomás”, aseguró. “Con el proyecto, que creemos que es viable, vamos a ir a pelear. Es una situación difícil. Yo soy un obrero, no soy un empresario, pero quiero seguir trabajando”.