La discutida forma en que se definió el orden de los oradores y el estricto control del tiempo en los discursos de anoche en el local La Huella de Seregni, de la sede del Frente Amplio (FA), ilustran la susceptibilidad de los distintos colectivos y personas que apoyan las candidaturas al rectorado de la Universidad de la República (Udelar) tanto de Álvaro Rico como de Roberto Markarian. El debate, uno de los tantos que ambos mantienen en estos días, fue organizado por el Partido Socialista y apuntó a discutir sobre los aportes que la Universidad tiene para realizar al desarrollo del país en los próximos cinco años.

Apoyos

En las respectivas plataformas virtuales de apoyo a Rico y Markarian hay espacio para adherir a ambas candidaturas. Entre los nombres que apoyan a Rico se encuentran varios actuales jerarcas de la Udelar, como los prorrectores Gregory Randall (Investigación), Ricardo Roca (Gestión), Humberto Tomassino (Extensión) y los decanos Luis Leopold (Psicología), Susana Mayo (Ciencias Sociales) y Rodrigo Arim (Ciencias Económicas). Además, figuran los apoyos del ex presidente de la Administración Nacional de Educación Pública José Seoane y otros nombres como José López Mazz, Rafael Paternain, Daniel Vidart, Gerardo Caetano y Luis Bértola.

Por su parte, Markarian es respaldado por el actual ministro de Industria, Energía y Minería, Roberto Kreimerman, el documentalista Mario Handler y el ex presidente del Sindicato Médico del Uruguay Martín Rebella. Además, cuenta con el apoyo de gran parte de anteriores y actuales delegados al Consejo Directivo Central por el Orden Docente como Alejandro Bielli, Ariel Castro y Marcelo Cerminara. En líneas generales, los apoyos electrónicos a Markarian provienen mayoritariamente de integrantes de servicios como Agronomía, Medicina, Ciencias e Ingeniería, y muy pocos provienen del área social. En el caso de Rico ocurre lo inverso y la mayoría de los respaldos son de docentes, estudiantes y egresados de Ciencias Económicas, Humanidades y Ciencias Sociales.

Markarian se refirió a la necesidad de “compensar” en la próxima asignación presupuestal lo magro del aumento que le tocó a la institución en el pasado quinquenio. Según dijo, el pedido organizado por programas posibilita los “recortes” del poder político, que en la pasada asignación únicamente financió el pedido completo de la institución en dos de los programas. Según dijo, en futuras instancias será necesario contemplar la nueva realidad del sistema terciario de educación, que cuenta con más instituciones. Al respecto, dijo que sería ideal hacer un pedido unificado, aunque señaló que eso es difícil por cuestiones administrativas, al tiempo que reclamó una ley de coordinación del sistema terciario de educación. De todas formas, inicialmente se mostró contrario a que la Udelar ofrezca tecnicaturas, porque su obligación es formar el personal superior y “no debe dispersarse”.

Para el matemático, es prioritario trabajar en una profunda reforma del Hospital de Clínicas, que, según dijo, debe recibir fondos del Sistema Nacional Integrado de Salud. Otra de las líneas que priorizará si resulta electo será el fortalecimiento del sistema de becas “para que le permitan al estudiante vivir de la beca y rendir cuentas como se debe”. También se mostró preocupado por la poca remuneración de los grados docentes bajos, y habló de la necesidad de ofrecer becas de posgrado de buena calidad “para que los jóvenes puedan formarse”.

La orgánica

Acerca de la Ley Orgánica (LO) de la institución, se mostró partidario de modificarla, porque el mundo pasó por muchos cambios desde la década del 50 (la actual LO fue aprobada en 1958), aunque no se animó a decir cuáles son los aspectos que deben ser reformulados. Del otro lado, Rico consideró que la LO “no puede seguir consolidando la injusticia de que algunos servicios no participen con voto en el gobierno de la institución”, y marcó la necesidad de que el interior también lo integre. Además, llamó a retomar los acuerdos generados en 2010 y a discutir específicamente los desa-
cuerdos. Según dijo, la institución debe “hacer un uso responsable de la autonomía”, y su mejor carta de negociación ante el Parlamento “es su unidad interna”.

Para Rico, la Udelar “contribuye de pleno al desarrollo nacional”, y lo hace desde sus funciones y desde objetivos políticos que se ha fijado, como la descentralización y la regionalización, que además de metas de la Udelar “son metas país”. Además, consideró que los aportes siempre deben ser realizados desde su autonomía e independencia de opinión respecto del poder político. Según dijo, la institución debe colaborar con el desarrollo autosustentable y equitativamente social del país, mediante un “compromiso muy fuerte con los sectores más carenciados”. Además, otro aporte de la institución debe ser en la construcción de acuerdos, a partir de su “capacidad de diálogo y negociación”, en especial para concretar un “gran acuerdo nacional sobre la educación que no quede solamente atado al sistema político”.

Por su parte, Markarian sostuvo que “la palabra ‘integralidad’ no existe en el diccionario”, y que “vamos mal” si se caracteriza el ejercicio de las tres funciones de la Udelar de esa forma. Según dijo, una buena formación debe tender al conocimiento adaptado al país; si eso se hace por medio de la extensión o no, “le importa poco”. Opinó que la extensión es un factor contribuyente pero que está en contra de que se haya “radicalizado” la discusión al respecto, y de que algunas cosas que él dijo se plantearan en forma de “falsas oposiciones”.

En reforma

Markarian dijo que “apoya el proceso de transformación de la institución y a la vez lo critica” porque “hay cosas que se hacen muy bien, otras más o menos y otras mal”. Al respecto, propuso crear una oficina de información, planificación y evaluación universitaria que cumpla con la necesidad de “pensar técnicamente” las ideas, porque las autoridades no deben ser las únicas que lo hagan.

Por su parte, Rico señaló la necesidad de “reconstruir” los movimientos que hacen posibles las ideas y proyectos en la institución, y al respecto opinó que la segunda reforma universitaria “fue posible gracias a la vitalidad de los estudiantes y el rol de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay”. Según dijo, en la institución “es difícil personalizar logros y fracasos” porque las decisiones se toman colectivamente, y habló del “desarrollo aluvional” en algunas áreas, que trajo “problemas de crecimiento y errores”, por lo que llamó a “evaluar y modificar” acciones en temas como los cambios de planes de estudio en muchas de las carreras.

En el debate también estuvieron presentes la ex ministra de Educación y Cultura María Simon y la coordinadora académica de la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Udelar, Judith Sutz. Simon señaló que la institución “hace muchas cosas por el desarrollo del país, pero puede hacer más”, y que “la Udelar sola no puede”. Por su parte, Sutz habló de la necesidad de debatir los conceptos de “desarrollo” e “investigación de calidad”, porque según lo que se entienda por ellos, va a depender el rol que deba jugar la Universidad.