La “Segunda Reforma Universitaria” no existe, salvo quizás en el imaginario de alguno. La adaptación de la Universidad de la República (Udelar) a las demandas del mercado y a las recomendaciones de diferentes organismos internacionales se ha hecho con una parafernalia excesiva. Sin embargo, huelga reconocer la habilidad para fundamentar toda una serie de cambios de lo más mercantiles con una retórica tan petulante y vacía. Y junto a lo anterior, el intento grandilocuente para autodenominarse los herederos de los reformistas de Córdoba. Esto es simplemente fantástico.
Hay un conocido libro de estudiantes del movimiento anti Bolonia en España que tiene por título Bolonia no existe. Es una frase que hace referencia a la lucha de ese movimiento por desenmascarar lo que es realmente el Plan Bolonia, más allá de lo que dice ser. Lo que se ha llamado “Segunda Reforma Universitaria”, impulsada en los dos rectorados de Rodrigo Arocena, tampoco existe.
Como bien señalan Alma Bolón y Walter Ferrer, la “Segunda Reforma” intenta ser heredera del Movimiento de de Córdoba de 1918, pero sus postulados (generalización de la enseñanza avanzada conectada con el trabajo a lo largo de toda la vida activa; multiplicar tanto la generación del conocimiento como su aporte al desarrollo integral del país) responden más a una doxa progresista y desarrollista que al espíritu cordobés que se quiere invocar. Los reformistas de Córdoba eran un movimiento -así se decían- revolucionario, que buscaba una ruptura, muy diferente es la concepción de sociedad aconflictiva que plantea la “Segunda Reforma”.
¿Dónde está el movimiento que impulsa -como en el 18- el cambio de universidad? Nosotros nunca lo hemos visto. En cambio hemos visto un “movimiento” que vive de la “Segunda Reforma”, que se financia con ella. Nada más alejado de una revolución que lo que ha pasado en estos últimos ocho años en nuestra Universidad.
Los impulsores de esta supuesta transformación de la Udelar creían y estaban convencidos de ser originales. Pero ya había quien pensara por ellos. Y, como pasa en la mayoría de los casos, no eran conscientes de esto. Se les presentó algo como nuevo y novedoso. Pero no lo era. El origen de todas estas reformas propuestas eran la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Es así que, a diferencia de, por ejemplo, España, donde la resistencia más grande a esta adaptación de las universidades al mercado actual fue el movimiento estudiantil, en nuestro país, en la mayoría de los casos, los estudiantes jugaron un rol obsecuente, un papel indigno de su historia, de la historia de nuestra Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).
En los últimos tiempos han crecido las voces críticas al proceso llamado “Segunda Reforma” e impulsado por el rectorado de Arocena. Las razones de eso son varias, pero entre las más fuertes está la puesta en práctica de la supuesta reforma, que deja al descubierto su verdadera cara. Nos referimos a la implementación de cupos en las materias optativas de las carreras de grado, creando una fuerte limitación para el avance del estudiante, al acortamiento de esas carreras pasando contenidos a los posgrados, además de otras muy en sintonía con el proceso del Bolonia. El debate se ha dado en los más variados ámbitos de la FEUU así como en los distintos gremios.
De esta manera, vimos cómo cuando muchos hemos planteado críticas, hemos luchado, hemos llevado documentos e informes que respaldan lo que planteamos, hemos incluso señalado la participación de referentes de la Comision Sectorial Enseñanza de la Udelar en los organismos creados para traer a América Latina el Plan Bolonia (Proyecto Tuning), el sector de la FEUU obsecuente con el rectorado no ha podido más que respondernos recurriendo a la ironía. Nos dicen: “Claro, hay una confabulación del imperialismo mundial”. Pero nuestros cuestionamientos aún siguen sin respuesta.
“Si los axiomas geométricos afectasen los intereses de la gente, seguramente habría quien los refutase”.
Éstas son algunas de las razones por las cuales está tan tenso el ambiente en la FEUU; no voy a detenerme en los aspectos de forma, de los que ya mucho se ha hablado.
Hace tiempo que la FEUU está muy lejos de los carriles que otrora recorrió. Ha estado casi muerta. Pero ya se escucha ruido. Es que estamos tratando de revivirla.
*El autor es Secretario de Organización de la FEUU y estudiante de la Facultad de Ingeniería.