Los carboneros consiguieron su tercer triunfo consecutivo; dos por el Torneo Apertura y uno por la Copa Sudamericana. Mantuvieron el arco en cero y se subieron a la punta del primer campeonato corto de la temporada. El Japo Jorge Rodríguez volvió a ser fundamental para la victoria de Peñarol y anotó, después de mucho tiempo, un gol de tiro libre. Su sobreproducción goleadora esta vez se pareció, como dice el mito o la realidad, a las formas de protesta laboral en Japón: benefició a los carboneros y les dio nuevamente la victoria, esta vez en un partido muy complicado y que le costó muchísimo resolver.

La primera etapa se fue con pocas situaciones de gol. Peñarol llegó al estadio Centenario con tres variantes con respecto al partido copero que jugó entre semana: Darío Rodríguez ingresó por Carlos Valdez, lesionado; Marcel Novick lo hizo por Sebastián Píriz y Juan Manuel Olivera, por Macelo Zalayeta. Los atacantes de Juventud de Las Piedras son interesantísimos. Gastón Puerari y Jaime Báez fueron la conducción del equipo de Jorge Giordano, y gracias a ellos el Juve sacudió un par de veces el arco del argentino Pablo Migliore: los primeros minutos fueron de gran avance para la China Báez, y su acompañante, Puerari, metió un remate que terminó siendo flojo pero pasó muy cerca del caño derecho de Migliore. Un rato antes, Jonathan Rodríguez, uno de los reservados por Óscar Washington Tabárez, hizo temblar el palo izquierdo de Fabián Carini con un derechazo fuerte y seco. Fue el primer “¡uh!” de la tarde. El 0-0 se hizo gigante en el primer tiempo y las imprecisiones fueron ganando el juego, sobre todo del lado de los carboneros, que no llegaron a recepcionar los pases y en varios momentos se saltearon líneas con pelotazos desde el fondo y la mitad de la cancha para que corriera el Cabecita o pivoteara Juan Manuel. Los pedrenses tuvieron que meter mano en el banco de suplentes bien temprano, apenas pasados los 20 minutos de partido; entró Damián Eroza por Matías Duffart, que salió sentido. El ataque aurinegro vino mayoritariamente por el sector derecho, con las subidas del duraznense Andrés Rodales, que tuvo la chance de encontrarse con la red cuando apareció solo en el área y tuvo que definir de derecha, de primera, pero la bola cruzó toda el área. Juventud encontró la veta por la izquierda, siempre con Báez, que jugó por todo el frente de ataque.

Sin nostalgia

La lluvia fue la protagonista principal del segundo tiempo, y entre faltas y resbalones, cuando el partido se le estaba haciendo cuesta arriba a Peñarol llegó la apertura del score: el 1-0 llegó con la pierna zurda del Japo Rodríguez, que mantiene su buen momento y sigue haciendo goles. Fue de tiro libre, al palo izquierdo de Carini, bien esquinado. Juventud siguió insistiendo con Matías Porcari, Puerari y Báez, y con algún remate desde afuera que complicó a Migliore, porque la cancha pasó a estar mojada y rápida. Y siguió yendo con la China, que alzó la bandera del ataque, y tuvo la posibilidad de empate: tomó la pelota en velocidad -como en toda la tarde-, se sacó de encima a Macaluso y entró en el área, remató cruzado y la bola se fue apenas ancha ante un Migliore que sólo atinaba a mirar la trayectoria del balón, que se fue afuera. Los minutos finales del partido fueron vibrantes, de un sufrimiento tremendo para los carboneros, que se retrasaron y sintieron que podían perder esos puntos que estaban sumando cuando el Juve lo metió, a base de tiros de esquina, tiros libres y algún ataque por las bandas, en su área. La tribuna se levantó y miraba de reojo el reloj de la Colombes, porque los 3 puntos eran importantísimos para seguir arriba en la tabla, y así lo hicieron sentir los hinchas sobre el final, cuando gritaron bien fuerte el triunfo carbonero. Peñarol deberá viajar a Cochabamba para cerrar la clasificación ante Jorge Wilstermann, y después jugará ante Tacuarembó en el estadio. Los pedrenses visitarán a Cerro en el Tróccoli.