Buen partido internacional con victoria del carbonero en la víspera del comienzo del Torneo Apertura, el 16 y 17 de agosto, y la Copa Sudamericana ante Jorge Wilstermann de Bolivia, que se jugará en Montevideo el miércoles 20. Un triunfo indiscutible, bien jugado en general, y que deja sensaciones positivas de cara a lo que viene.

Anoche en el Centenario, Jorge Fossati paró en cancha a Pablo Migliore como arquero; en defensa a Carlos Valdez, Darío Rodríguez y Damián Macaluso; Andrés Rodales de carrilero derecho, Sebastián Píriz y Jorge Rodríguez en la función de doble cinco, más el brasileño Diogo Silvestre por la banda izquierda; Antonio Pacheco de enganche; Carlos Núñez y Marcelo Zalayeta como puntas netos. Si bien ya habían jugado en partidos de preparación, fue el debut oficial del arquero argentino y de Silvestre. Lo mismo para Rodales, que fue la última incorporación de los carboneros.

La idea es ésa

La filosofía del entrenador mirasol es formar 3-4-1-2. Así lo intentó el torneo pasado y lo reflejó una vez más anoche. Fossati apuesta a eso: a madurar en este proceso de Peñarol esa figura como convicción de juego. Y lo hizo bien ante Ferro, un equipo preparado para buscar el ascenso en Argentina. Darío fue el último hombre de esa línea de tres, junto a Valdez y Macaluso, y no contaron con demasiado trabajo, haciendo que Migliore fuese un perfecto espectador. Los laterales-volantes rindieron, inyectaron velocidad y salidas permanentes, aunque también es cierto que en la tarea defensiva fueron poco exigidos. En ese esquema, Píriz se metió como volante defensivo y el Japo tuvo la tarea de crearles juego a los de arriba. Tony fue el enlace de los puntas que, cuando pudieron romper el cerco defensivo, crearon peligro en varias oportunidades.

Los primeros 20 minutos fueron tan estáticos como parejos. A Peñarol le costó controlar el partido. Cuando lo hizo, se vio un toque en rotación preciso que facilitó las llegadas. A los 23 minutos, Núñez pegó una en el palo. Cuatro minutos después tuvo la más clara: un contragolpe proyectado con enorme potencia entre Diogo y él, que dribleó a defensa y golero, pero se le acabó la cancha y su remate dio en el lado externo de la red. El carbonero también probó de afuera, y hubo tres buenos remates. El primero se fue apenas afuera y los otros dos fueron tapados por el arquero, de intervenciones excepcionales.

Jonathan Rodríguez ingresó en el entretiempo y a la primera que tocó lo derribaron en el área. Penal. Lo pateó el propio Cabecita y puso el 1-0 a los 46. Peñarol mantuvo la intensidad, jugó con criterio y por la izquierda apareció la figura de Silvestre, que tuvo una chance clara desde lejos y creó varias con su velocidad en diagonal. En ese ir sin cesar, el Japo, otro de buen partido, puso el 2-0 para el carbonero a los 67. Fueron los goles de una victoria con buena cara, que crea ilusión para la doble competición que se le avecina.