El martes 26 se van a cumplir dos años del momento en que las FARC y el gobierno de Colombia firmaron el acuerdo que dio comienzo, en noviembre, al diálogo de paz en Cuba. No se estableció una fecha para finalizar esas conversaciones, y se reiteró que se desarrollarían bajo el principio de que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Aun así, Santos siempre intentó ponerle una fecha de cierre a la negociación; el año pasado habló de terminarla antes de las elecciones y en su asunción proyectó hacerlo antes de que termine el año. Ambos plazos fueron descartados por las FARC.

Hasta el momento hay acuerdos en tres de los seis puntos de la agenda: posesión de la tierra, participación política y drogas ilícitas. Los tres que quedan, y que se debatirán en simultáneo, son: víctimas, fin del conflicto e implementación del acuerdo. Los tres prometen grandes dificultades.

La página web pazfarc-ep.org, creada por las FARC al comienzo de las conversaciones, publicó ayer una entrevista con el jefe máximo de la guerrilla, Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko o Timoleón Jiménez. El entrevistador, identificado como “Pueblo pa’ La Mesa”, en referencia a la mesa de diálogo, le pregunta si las condiciones y los tiempos de las negociaciones permiten terminar con los seis puntos de acuerdo para este año. “Me temo que no”, dice Timochenko, y aclara: “Todos quisiéramos que las cosas se dieran lo más pronto posible”.

El líder guerrillero dijo que la Comisión Histórica que se encargará de reconstruir lo ocurrido en este conflicto (algo que se consideró necesario para poder determinar quiénes son víctimas y victimarios) comenzará a trabajar el 21 de agosto y tiene un plazo de cuatro meses. “Lo que ella produzca será insumo para la discusión del punto sobre víctimas en La Mesa”, agregó. Éste es uno de los temas más espinosos del diálogo. Parece haber un acuerdo para la inclusión de los grupos paramilitares como victimarios -lo que es rechazado por algunas organizaciones políticas y de víctimas- pero las declaraciones de unos y otros han mostrado grandes diferencias sobre quiénes son las víctimas. Para las FARC, lo son los guerrilleros, y pidieron que se incluya a los integrantes de sus filas que están presos, al mismo tiempo que rechazaron que sean considerados víctimas los militares perjudicados por el conflicto.

Consultado sobre si el gobierno ha intensificado su campaña militar contra la guerrilla en las últimas semanas, el líder guerrillero recordó que las FARC han insistido “en la necesidad de establecer un cese del fuego bilateral, cosa que el gobierno de Santos rechaza de plano”. El presidente ha insistido en que se acordó que las conversaciones de paz se realizaran sin un alto el fuego, por lo que éste no se alcanzará hasta que se firme el acuerdo. El tema es uno de los puntos de la agenda que todavía no se trató, el del fin del conflicto.

El otro punto pendiente, el de la implementación del acuerdo, también se perfila como un tema difícil. Las FARC han insistido en la necesidad de una Asamblea Nacional Constituyente que incluya los acuerdos que se alcancen. El gobierno descartó esa posibilidad y se ha comprometido a impulsar los cambios necesarios en el Parlamento.