Londres puso en marcha una fuerte campaña después de que el último sondeo de intención de voto para el referéndum del 18 de setiembre mostrara una ventaja del Sí a la independencia de Escocia. La necesidad de esta campaña es tal que hoy se producirá algo inédito en Reino Unido: los líderes partidarios no participarán en la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, ya que todos, incluido el jefe de gobierno, David Cameron, estarán en Escocia. Cameron, su viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg, y el líder de la oposición laborista Ed Miliband tomarán las riendas de la campaña “Mejor juntos” en esta recta final.

Los tres dirigentes publicaron un comunicado conjunto. “Hay muchas cosas que nos dividen, pero hay una en la que estamos apasionadamente de acuerdo: Reino Unido es mejor si estamos todos juntos”, dice el texto en el que se anuncia el viaje a Escocia. “Queremos escuchar a los votantes y hablar con ellos sobre la enorme elección que van a afrontar. Nuestro mensaje a los escoceses es muy sencillo: queremos que se queden”, agrega.

La principal propuesta de todos los partidos en esta etapa final es la presentada por el laborista Gordon Brown, que ya fue anunciada por el gobierno: si gana el No en el referéndum se preparará una reforma para otorgarle mayor autonomía a Escocia. Todavía está por acordarse el contenido de tal reforma, pero se espera que el ministro de Economía, George Osborne, anuncie los detalles esta semana. El ex primer ministro Brown, que es escocés, advirtió: “Lo que no nos sirve es el statu quo. La elección debe ser entre una separación irreversible o un Parlamento más fuerte. Estamos hablando de un gran cambio constitucional”.

Hay grandes dudas sobre el impacto que pueda tener el viaje de los líderes políticos londinenses a Escocia. Por un lado, estos dirigentes generan un gran rechazo en los escoceses, sólo 23% de ellos dicen confiar en Cameron o Miliband, según el último sondeo de YouGov. Además, apoya la independencia 35% de los laboristas, 16% de los liberaldemócratas y 7% de los conservadores.

El mismo sondeo reveló que 60% de los escoceses consideran negativa la campaña que han desarrollado los unionistas en los últimos meses, amenazando a Escocia con resultados terribles si se independizaba. El cambio de tono que están perfilando los líderes londinenses podría marcar un cambio en las tendencias favorables a la independencia.

Quienes parecen seguir con una campaña de tono amenazante son los principales bancos del mundo, que han enviado cartas a sus clientes advirtiéndoles sobre la posibilidad de que gane la opción independentista. “Tenga miedo, mucho miedo”, advierte el Deutsche Bank, ese resultado “podría descarrilar fácilmente la recuperación económica de Reino Unido”. Las consecuencias serían “severamente negativas”, dice Goldman Sachs, mientras el Morgan Stanley asegura que la opción independentista causaría una baja de 10% del valor de la libra.