Los carboneros tenían que salir a ganar o empatar con varios goles convertidos. La parada era dificilísima, por el rival, el contexto del torneo internacional y el marco de público en el Pascual Guerrero de Cali. Como siempre desde que asumió Jorge Fossati en Peñarol, el equipo salió a la cancha con una línea de tres defensores, que se convierte en cinco cuando es atacada. Entre esos defensas estaba el cuarentón Darío Rodríguez como último hombre, cubierto en sus dos costados por Carlos Valdez y Gonzalo Viera. El golero, Pablo Migliore, como siempre. Por delante de los defensas, el duraznense Andrés Rodales por la derecha y Diogo Silvestre por la izquierda; en la contención, Sebastián Píriz; lo ayudaban por delante Jorge Rodríguez y Antonio Pacheco; arriba, el experiente Marcelo Zalayeta y el elegido, Jonathan Rodríguez. Los carboneros clasificaron con una actuación espectacular del Loco Pablo Migliore.

Primero hay que saber sufrir / después amar / después partir.

Mantuvo el orden Peñarol hasta que sacó un ataque letal que mandó a guardar. Iban 11 nada más, y una de las características aurinegras de los últimos tiempos, el pase largo en velocidad para los delanteros, fue explotada con gran efectividad. Pero esta vez no fue el picante Jonathan Rodríguez el que tuvo que correr, sino uno de los viejitos, Marcelo Zalayeta, que por la derecha recibió el balón, se metió en el área y definió cruzado, con gran calidad, para poner el 1-0 y sorprender. Pase exquisito en profundidad de Tony Pacheco para Zalayeta. Un gol noventoso de estos dos cracks. La noche era soñada en el Pascual Guerrero y el partido estaba muy bien planteado por los carboneros, que empezaban a tener la figura de Pablo Migliore en el arco. El primer tiempo de los uruguayos fue bárbaro, manejó los tiempos y pudo estirar el score.

Aguanta, corazón

La tónica del primer tiempo se mantuvo. Peñarol no salió a esperar a su rival y lo atacó. El partido de Pacheco fue excelente, y Migliore se convirtió en el ángel del arco; gigante, tapó todo. Deportivo Cali tocaba pero llegaba al área con mucho desorden, y a los defensores aurinegros el partido les caía como anillo al dedo. La salida de Pacheco hizo que Peñarol perdiera juego, en tanto que Sergio Orteman entró para meter pata en la mitad de la cancha. Después se vino el polifuncional Alejandro Silva para darle dinámica, pero por él salió el excelentísimo Marcelo Zalayeta. Los minutos finales fueron de un sufrimiento tremendo, pero Peñarol lo sacó adelante y se clasificó a octavos de final, fase en la que enfrentará a Estudiantes de La Plata. Salud.

Primero hay que saber sufrir / después amar / después partir.