El Estado israelí y el movimiento libanés Hezbolá cruzaron ayer mensajes para no generar una escalada de violencia en la frontera, después de que a mediados de enero un ataque israelí en los Altos del Golán (territorio sirio) terminara con la vida de seis milicianos de Hezbolá y que el miércoles este grupo respondiera con el lanzamiento de un misil que mató a dos soldados israelíes. Israel, a su vez, disparó fuego de artillería al sur de Líbano.

En el marco del enfrentamiento del miércoles murió un soldado español, el cabo Francisco Javier Soria, uno de los cascos azules de la misión de paz que las Naciones Unidas tienen en el sur de Líbano (FINUL, por sus iniciales en inglés).

El canciller español, José Manuel García-Margallo, indicó que desde FINUL le dijeron que “parece probado” que el soldado murió por la artillería israelí. Israel usualmente avisa a la FINUL antes de efectuar un ataque, pero hubo información encontrada sobre si lo hizo el miércoles.

Las Naciones Unidas anunciaron que habrá una investigación sobre la muerte del soldado, a la vez que en Madrid una jueza militar también comenzó una investigación sobre el hecho.