Antes de vender 60 millones de discos, Artemios Demis Ventouris Roussos nació en Alejandría (Egipto), hijo de una familia griega expatriada, regresó a Grecia luego de la Guerra de Suez. De niño mostró sus dotes para el canto en el coro de la iglesia ortodoxa griega. Probó suerte en varios grupos musicales, y a los 21 años formó Aphrodite’s Child, grupo de rock progresivo en el que cantaba y tocaba el bajo, junto con Evangelos Odysseas Papathanassiou (conocido popularmente como Vangelis, pope del sintetizador, que luego compondría formidables bandas sonoras como las de Blade Runner, Chariots of Fire y 1492: Conquest of Paradise). En el primer disco del grupo, End of the World (1968), estaba incluida la romántica “Rain and Tears” -basada en el bastante ultrajado “Canon” de Johann Pachelbel, con violines y todo-, que fue un éxito en Europa y representó el primer hit de Roussos. Empezaron a despegar, y la banda tuvo sus discrepancias: Vangelis quería experimentar y hacerse el progresivo in extremis, y a Roussos le tiraban más las baladas. Cuando Aphrodite’s Child publicó su último -y doble- álbum, 666 (The Apocalypse of John, 13/18), en 1972 -basado en los relatos biblicos; es visto como uno de los primeros discos de rock conceptuales-, Demis ya había arrancado su carrera solista.

En “We Shall Dance”, su primer éxito como solista, de 1971, se explayó a sus anchas dentro del género pop-melódico-romántico, con coro femenino empalagoso y todo: “We shall dance, / we shall dance / the day we get a chance”. Y así le siguieron canciones en las que saca lo mejor de su tono alto y delicado -que contrastaba con su imagen corpulenta, sus túnicas holgadas y sus camisas de dudoso gusto-, en éxitos como “My Reason”, “Forever and Ever”, “Goodbye my Love, Goodbye”, “Lovely Lady of Arcadia”, entre otros. Supo grabar canciones en varios idiomas, como español, alemán, portugues y francés, logrando igual éxito. En la década del 80 siguió sacando discos e incluso colaborando con Vangelis; por ejemplo, cuando lanzó Reflexions (1984), un álbum con clásicas canciones de amor estadounidenses, como “When a Man Loves a Woman”, “Love Me Tender” y “Stand By Me”. Resultó ser su último emprendimiento con su antiguo compinche de épocas progresivas -también grabó una versión de “Ave María”, que es casi como un éstandar de los romanticones-.

Durante la década del 80 sufrió de depresión, que lo llevó a tener períodos improductivos. Además, su cuerpo corpulento empezó a ser un problema serio: llegó a pesar casi 150 kilos. Realizó una dieta con buenos resultados, y escribió dos libros en los que cuenta su lucha contra la obesidad: Cuestión de peso y La dieta disociada. Para rematar los problemas, en 1985 fue una de las víctimas del secuestro de un avión por miembros de Hezbolá. La leyenda cuenta que los secuestradores, al enterarse de que Roussos era uno de los pasajeros, le mostraron su admiración e incluso pidieron que se cantara una -luego, en una entrevista para The Guardian, negó haber entonado ni una nota-, y lo liberaron antes que a los demás. Fue una dramática experiencia que le cambió la vida, y entendió que la mejor forma de ayudar a los demás y promover la comprensión mundial era retornar a la música.

En 1980 dio un recital en el teatro Ópera de Buenos Aires y se armó un revuelo bastante grande, porque hizo playback -mímica sobre la pista grabada-; incluso, se comentó que un espectador se paró en medio del recital para denunciar que Roussos no estaba cantando. Demis nunca volvió a ese país, y, además, se le sumó la extravagante leyenda de que comía perros; el mito nunca se pudo parar. En su momento, se dijo que el buen señor había querido expresar que le gustaban los “hot dogs” -panchos-, y por una elipsis involuntaria sólo dijo “dogs”. En la década del 90 regresó al éxito -pero no al nivel de las dos décadas anteriores- con su álbum Insight (1993). Su última grabación fue Demis, en 2009. Roussos estaba internado en el hospital Hygeia, de Atenas, por una enfermedad no revelada, donde murió a los 68 años. Afrodita se quedó sin su niño.