La producción de vehículos creció a nivel mundial ininterrumpidamente desde la crisis financiera internacional de 2008 a la fecha, a un ritmo de 7,8% promedio anual en los últimos cinco años y de 2,6% en 2014. Éste fue el primer año en el que se sintieron signos de desaceleración a escala mundial, mientras que en la región la desaceleración -y contracción- del sector ya se notaba hace más tiempo. En 2014 se produjeron unos 3,8 millones de vehículos en el Mercosur, lo que implicó una disminución de 16,4% en comparación con el año anterior. En un documento sobre el sector del Instituto de Promoción de Inversiones y Exportaciones Uruguay XXI, se apunta como razón el contexto menos favorable en Brasil, aunque la producción también cayó en Argentina (22%).

En 2014, Uruguay fue el único país del bloque donde la producción de vehículos creció respecto del año anterior (3,2%), al alcanzar las 16.454 unidades: en la planta de Lifan se armaron 39% de las unidades producidas en 2014, igual participación que lo armado en Nordex, mientras que el restante 23% de los vehículos se produjeron en la planta de Chery, según el mismo informe.

Al día de hoy, sin embargo, el panorama resulta menos favorable que a fines del año anterior. Si bien no fue drástica, la merma del comercio en el bloque llevó a revertir el impulso que había llevado a la instalación de varias transnacionales en la región.

En diálogo con la diaria, el secretario ejecutivo de la Cámara de Industriales Automotrices del Uruguay, Ramón Cattáneo, sostuvo que la situación “está complicada”. El cierre de la planta de Chery en julio por el “bloqueo” de Argentina, y el “empeoramiento” de la condición de Brasil, afectó a las plantas de Lifan y Nordex, que, si bien aún abiertas, han tenido que enfrentar diversos despidos “por cuestiones de costos y el mercado caído”, explicó.

Los últimos datos analizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que la actividad de la industria automotriz acumula entre enero y agosto una caída de 31% en comparación con igual período del año anterior. Por su parte, la Dirección de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias del Uruguay indicó en su último informe que las ventas externas de la fabricación de vehículos automotores registraron una disminución de 69% en setiembre respecto de igual mes de 2014. En línea con estas cifras, Cattáneo estima que para fin de año las exportaciones vendidas se ubicarían “en el orden de la mitad de lo vendido el año pasado”, mientras que para 2016 la situación es totalmente incierta. “No se puede saber. Desde el punto de vista político, suponemos que en Argentina va a haber alguna mejora; por lo menos, que el mercado argentino se abra mejora las expectativas, pero de Brasil no se puede aventurar nada”, afirmó.Si bien el secretario sostuvo que la cámara se encuentra “en contacto permanente” con las autoridades nacionales, consideró que “en estas circunstancias, el gobierno no tiene demasiado margen de acción”. “El tema, más que nada, es que los mercados funcionen mejor, porque éste es un sector que funciona con Argentina y Brasil, muy dependiente de la región”. El sector ha sido objeto de políticas industriales específicas desde hace larga data, actualmente favorecido por un régimen de promoción de inversiones y de exportaciones que permite a las empresas deducir entre 20% y 100% del monto invertido del Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas, junto con otros beneficios fiscales.

Así como la actividad está en caída, también baja el personal ocupado por la industria automotora, a una tasa de 34% en lo que va del año.

En una conferencia de prensa el viernes, el ejecutivo de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (UNTMRA) César Acosta dijo a la diaria que diversas empresas del rubro están “aprovechando” la vulnerabilidad en el sector “para tratar de dañar a la organización sindical”. Apunta específicamente a la ensambladora Lifan, sobre la que denunció que “el presidente de la empresa llegó a agredir a un trabajador”, y de las elaboradoras de autopartes Takata y Yazaki, ya que la primera “no quiere presentarse en las negociaciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social [MTSS]” y la segunda “no cumple con las cosas que ha firmado y ataca, a través de sus mandos medios, a nuestra organización”.

En cuanto a Lifan, Acosta sostuvo que se envió a seguro de paro a 32 trabajadores por el cierre de la planta de motores, y que cuando los empleados solicitaron la rotación del paro entre los trabajadores -“lo más normal”, determinó-, la empresa “se negó”.

Buscando una solución a estos problemas, el MTSS confirmó a la diaria que se impulsó la creación de una mesa para el miércoles en las que participarán trabajadores de UNTMRA, empresarios de Lifan, autoridades de la Inspección de Trabajo y del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional. También se abrirá otra instancia con los empresarios de Yazaki, pero para ésta aún no se confirmó la fecha.

Según Acosta, en el último año ha habido unos 1.000 envíos a seguro de paro, entre los de Chery y de Nordex, y más de 400 despidos por parte de Lifan y de Yazaki.