Si bien usamos internet a diario, es difícil imaginar de dónde proviene la conexión y cómo circula la información antes de llegar a los teléfonos y a las computadoras. Muchos piensan que son los satélites los que distribuyen la información, pero la mayor parte de ésta viaja por medio de una red submarina de cables de fibra óptica -básicamente hebras de vidrio del grosor de un cabello-, cuyo centro de abastecimiento son los NAP, que pueden ser concebidos como un nodo de intercambio de información, voz, datos, imágenes y demás servicios de internet. Físicamente, se trata de un espacio tecnológico en un edificio -en este caso, en Boca Ratón- en el que se produce el intercambio de información de internet.

Los cinco nodos principales se encuentran distribuidos en Estados Unidos y son los proveedores de la mayoría de las conexiones mundiales. El pacto hecho ayer entre Google y Uruguay aspira a conectar los de la ciudad de Maldonado con la de Santos, de Brasil, mediante un cable de 2.000 kilómetros y con seis pares de fibras que elevarán la velocidad de conexión hasta 90 terabits por segundo.

El total de la obra implicará para Antel un gasto de unos 77 millones de dólares: 30 para la construcción de este nuevo tramo, que se suman a los 47 para la construcción del que une a Santos con Fortaleza, en Brasil -inversión vital para la unión con Estados Unidos, que se dio mediante un consorcio que reúne a Antel con otras empresas internacionales-. Ambos entrarán en funcionamiento a fines de 2017.

La instalación de fibra óptica -que hoy llega a 50% del país, y que en su asunción Tolosa prometió universalizar para el fin del período- se posiciona como clave para sacarle beneficio al puente submarino. El presidente de Antel también mencionó la red de LTE, el Data Center que se está instalando en Pando, e incluso el Antel Arena como proyectos anexos al firmado ayer. Todos estos elementos, dijo, propiciarán que la estatal se posicione como “un gran hub de desarrollo de servicios multimedia regional”.

Visiblemente emocionada por la firma del convenio, la ministra de Industria, Carolina Cosse, dijo sentirse “orgullosa de ser uruguaya”, y aseguró que éste es “el proyecto internacional más importante que ha llevado adelante el país en términos de infraestructura”. La ex presidenta de Antel también lo valoró como “una maravillosa convocatoria al futuro”, ya que “los niños que se iniciaron con el Plan Ceibal llegarán a la universidad con este regalo”.