Al otro lado del río

“Son muy distintos ellos, son muy distintas las culturas políticas, son muy distintos los adversarios. No creo que sea una comparación válida”, dijo Caetano al ser consultado sobre posibles similitudes entre Lacalle Pou y el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri. Caetano admitió que ambos hicieron mucho énfasis en la gestión, “pero Lacalle Pou nace dentro de un viejo partido de casi 200 años, Macri emerge del Pro [Propuesta Republicana], que resta saber si es un partido, pero Cambiemos no es un partido. Eso los diferencia notablemente, tanto como la política de un lado y del otro, porque la política uruguaya sin los partidos no se entiende, mientras que en Argentina la clave partidaria no es relevante”. Según Caetano, en Uruguay quien tiene más puntos en común con Macri es el ex candidato a la Intendencia de Montevideo Edgardo Novick.

“Estoy convencido de que en Uruguay nadie se cree eso de que sean pompas de jabón”. Después de esa frase el público, colmado de legisladores y militantes nacionalistas, estalló en aplausos. La referencia a la analogía que Tabaré Vázquez utilizó para referirse en 2014 a las críticas del por entonces rival en la campaña electoral Luis Lacalle Pou no pertenece a ningún dirigente blanco, sino al politólogo e historiador Gerardo Caetano.

Caetano culminó su oratoria con esta frase, dirigida a Lacalle Pou y al Partido Nacional (PN), durante la presentación del libro La positiva: los secretos de la campaña de Luis Lacalle Pou, del periodista Daniel Supervielle, quien integró el comando de campaña del ex candidato y ahora senador. Durante su intervención Caetano, quien admitió tener una muy buena relación tanto con el legislador como con Supervielle, elogió la campaña de Lacalle Pou y sus condiciones políticas.

“Quienes sostienen que la campaña de 2014 fue una realidad virtual de las encuestas y que la continuidad del Frente Amplio [FA] nunca estuvo en cuestión están equivocados, y hay mucha evidencia al respecto”, dijo Caetano, quien aseguró que en la última campaña el oficialismo se enfrentó a una competencia como nunca había tenido desde 2004.

El historiador destacó que en una campaña que parecía previsible y sin sorpresas, la principal irrupción ocurrió en el PN y en la candidatura de Lacalle Pou, que forjó un liderazgo. Esto, sostuvo, es algo que “no se hereda ni se traspasa de padres a hijos, sino que se conquista” y, en ese proceso, “es importante generar parricidios”, afirmó, en referencia directa al padre del actual senador, Luis Alberto Lacalle.

Caetano sostuvo que Lacalle Pou “sorprendió” con su estrategia, “la positiva”, que si bien era vista como poco eficiente y hasta peligrosa, implicaba una “convicción democrática” de “respetar al que piensa distinto” y “derribar muros”, aunque luego objetó que algunos sectores del PN también “han construido muros”. El historiador destacó que se trata del dirigente que más ha crecido en los últimos cinco años y que hizo una campaña excelente hasta las elecciones internas. Una de las claves fue que “se animó a hacer lo que otros de su generación no se animaron”. Según dijo, “la positiva” era parte de una convicción del propio Lacalle Pou, y haberla mantenido hasta el final le da “más futuro” al dirigente.

La campaña, sin embargo, comenzó a complicarse después de junio y en noviembre, de cara al balotaje, y una vez confirmada la mayoría absoluta del FA, fue particularmente “difícil”. Caetano formuló algunas críticas al candidato: dijo que le “dolió mucho” la respuesta que Lacalle Pou dio respecto de las excavaciones en busca de restos de detenidos desaparecidos (había dicho que las suspendería), aunque luego se sintió “reconfortado” ante su retractación. También dijo que no está de acuerdo con que “su ideología es la gestión”, y explicó que el propio discurso del ex candidato supera ese postulado al enfatizar la clave educativa, territorial y el desarrollo individual. Por último, sostuvo que al libro de Supervielle le falta “profundizar en el imaginario progresista”, algo necesario para competir con el FA. “Uruguay debe entender que cualquier futuro tiene que contar con el FA, y el FA tiene que terminar de entender que solo no puede construir futuro. Es necesario superar el país de las dos mitades”, culminó el historiador.

A su turno, Lacalle Pou admitió que luego de la primera vuelta “subimos a una montaña de pedregullo de rodillas”. “Sabíamos que no íbamos a ganar. Alguno, no del equipo de campaña, sugirió no presentarse al balotaje, pero era una locura que una parte de la ciudadanía no pudiera expresar su opinión”. El ex candidato se jactó en todo momento de no haber mentido acerca del diagnóstico del país.