La carrera dirigencial de Michel Platini, actual presidente de la UEFA, puede llegar a su fin en pocas semanas, debido a que la cámara de instrucción del Comité de Ética de la FIFA solicitará la expulsión del francés de por vida del organismo, por estar implicado en un caso de corrupción. Hasta hace poco tiempo Platini era uno de los principales candidatos a suceder a Joseph Blatter en la presidencia de la FIFA, cuyas elecciones están fijadas para el 26 de febrero del año que viene, e incluso el francés ya tenía el visto bueno de la Confederación Sudamericana de Fútbol, que iba a apoyar su candidatura. Pero a fines de setiembre, en el marco de la investigación que la Justicia suiza está realizando sobre Blatter, se acusó al máximo jerarca de la FIFA de pagarle a Platini un soborno de algo más de dos millones de dólares en 2011. Tanto el suizo como el francés están suspendidos en forma provisional por el Comité de Ética de la FIFA y durante este período no pueden presentar formalmente su candidatura para las elecciones. Ambos apelaron sus suspensiones, pero la semana pasada el Comité de Apelaciones de la FIFA rechazó los recursos presentados por los dirigentes.

Si bien Blatter afirmó que no se postulará para una nueva reelección, Platini aseguró que está decidido a rebatir las acusaciones en su contra y a pelear por ser candidato, aunque si cristaliza el pedido de suspensión de por vida, la carrera de Platini habrá finalizado, más allá de que, en caso de que se apruebe la solicitud, el dirigente francés podrá apelar la decisión.

La FIFA sólo ha decretado dos veces la expulsión de por vida de dirigentes. El primero fue el estadounidense Chuck Blazer, dirigente de la CONCACAF, quien, cercado por las acusaciones en su contra, aceptó colaborar con el FBI y grabó numerosas conversaciones que fueron clave para la formalización de las acusaciones contra numerosos dirigentes y empresarios, que llegó a un punto culminante en mayo con las detenciones de muchos de ellos en la ciudad suiza de Zúrich. El segundo dirigente suspendido de por vida fue el trinitense Jack Warner, ex presidente de la CONCACAF y ex vicepresidente de la FIFA, marginado para siempre de la dirigencia del fútbol luego de comprobarse que a lo largo de más de una década recibió alrededor de 150 millones de dólares en sobornos.