Hoy comienza la Semana de las Personas con Discapacidad. La Intendencia de Montevideo (IM) montará, como lo hace desde hace 15 años, Montevideo Integra, un espacio que incluye muestras, charlas, talleres y diversas actividades; entre ellas, la Marcha por Accesibilidad e Inclusión, que el 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, transitará por cuarta vez desde la explanada de la Universidad de la República a la IM bajo el lema “Derechos conocidos pero no reconocidos”. La 15ª edición de Montevideo Integra es, de por sí, un motivo de festejo para quienes la organizan: la Secretaría de Discapacidad de la IM en conjunto con organizaciones sociales. Los contenidos de la semana son elaborados conjuntamente en reuniones mensuales. Este año incluirá un desfile de modas que se titula “Construyendo la estética de la inclusión”, organizado por el Espacio Candi (Coordinación y Atención Nacional en Discapacidad de la Dirección Nacional de Sanidad Policial del Ministerio del Interior) y Cesanette Moda. Se realizará mañana a las 18.30 en el atrio de la IM.

El desfile se programó mucho antes de la polvareda levantada por las declaraciones del presidente de Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (DAECPU), Enrique Espert, quien la semana pasada cuestionó duramente la nueva normativa de la IM para elegir a la reina de carnaval, que eliminó el límite de edad y permite que las mujeres trans y con discapacidad puedan participar en el certamen. Sin saberlo, el desfile viene a contribuir a la discusión pública desatada.

En diálogo con la diaria Federico Lezama, coordinador de la Secretaría de Discapacidad, propuso mirar más allá de los dichos de Espert porque -pese a los términos usados y al hecho de que los haya dicho el presidente de DAECPU- “expresan un pensamiento que no es exclusivo de él, y me animo a decir que es lo que expresa la voz de la mayoría de las personas. Ninguna lo va a decir públicamente, pero creo que en el fondo, hablando bajito, la sociedad uruguaya aprueba lo que dice Espert, porque entiende que la estética y la belleza son una: la que representan los concursos de belleza, y todo lo que no responda a esos cánones no es bello”. Lezama define eso “la estética de la exclusión”, que “representa un modelo de éxito en el que las personas con discapacidad no entran. Obviamente que tampoco entran las personas trans, los viejos”.

Pero más allá de las pasarelas, Lezama señala que esa forma de pensar que propone “‘que hagan un concurso aparte’ se reproduce en otras áreas de la vida”. Mencionó el ejemplo del sistema de transporte, puesto que cuando la IM propuso hacer un sistema accesible, algunas empresas de transporte expresaron que “tenía que haber un sistema de transporte paralelo” porque así las personas con discapacidad “no molestaban”. Señaló que lo mismo ocurre cuando un comercio no quiere contratar a una persona con discapacidad “porque no quiere dar una mala imagen”, o cuando los arquitectos no quieren hacer rampas o proponen construcciones que tengan muchos niveles. “Es la expresión de este debate del modelo de belleza. El concurso no es lo importante, lo que importa es que esa lógica se reproduce en otros ámbitos de la vida y refleja la exclusión. Hasta que no haya un debate profundo de cuál es la estética de la inclusión, difícilmente se vayan abriendo otros espacios”, razonó Lezama.

El jerarca fue más allá y mencionó la necesidad de tener “una reflexión de fondo”, porque “lo políticamente correcto nos impide pensarnos con franqueza”, y se puede “correr el riesgo de hacer la pantomima de inclusión y reírnos por lo bajo entre amigos o en el grupo de whatsapp”.