Como aquel Cid Campeador que vencía a sus enemigos después de muerto, el disco más vendido de todos los tiempos, Thriller, editado por Michael Jackson en 1982, sigue cosechando logros que difícilmente vayan a ser superados en estos tiempos. Ahora se ha convertido en el primer álbum en la historia en ganar 30 discos de platino en Estados Unidos, país donde estos premios se reciben al vender un millón de copias de una obra. Es decir que Jackson lleva vendidos en su país natal la friolera de 30 millones de Thriller, como si cada uruguayo lo hubiera comprado diez veces. Y estamos hablando solamente de los ejemplares comercializados en un país que fiscaliza tanto sus controles de ventas como Estados Unidos; las cifras en escala mundial son, literalmente, incalculables, y se especula con que se encuentran entre 68 y 100 millones de ejemplares vendidos en forma legal o de la otra.

Con todo -y aunque sus ventas mundiales son muy inferiores-, hay otro fonograma que le respira en la nuca a Thriller en el terreno de la cantidad de discos de platino: Their Greatest Hits, de Eagles, una recopilación lanzada en 1976 que ha venido vendiéndose en forma pareja desde entonces, y que lleva 29 discos de platino acumulados. Significativamente, en relación con el gusto musical de los yanquis, quienes siguen en ventas a esos dos megaéxitos (muy por encima de grupos como The Beatles y The Rolling Stones) son dos bandas heavy: Led Zeppelin con su cuarto disco, de 1971 (el que no tuvo formalmente título, se suele identificar como Led Zeppelin IV e incluyó “Stairway to Heaven”), que lleva 23 discos de platino, y AC/DC con su Back in Black, de 1980, que lleva 22.

Como puede notarse, todos estos títulos fueron lanzados en la época de oro de las discográficas, mucho antes de que el sharing mediante internet hiciera bajar en forma notoria las ventas de vinilos y compactos, por lo que se duda mucho de que algún producto contemporáneo le pueda llegar a hacer sombra. Sin embargo, las asombrosas ventas de 21, de Adele, que tan sólo en 2011 y en Inglaterra vendió casi cinco millones de copias (y se calcula que 11 millones en el mundo entero), convirtiéndose en el cuarto disco más vendido de todos los tiempos en Reino Unido, han demostrado que no todo está dicho, aunque el rey siga siendo el rey.