Los partidos opositores reclamaban al gobierno de Perú que destituyera a varios ministros como condición para acceder al diálogo nacional convocado por el presidente Ollanta Humala a comienzos de febrero.

En el marco de ese diálogo nacional hubo algunos primeros encuentros en los cuales la mayoría de los partidos con representación parlamentaria acordó la suspensión de actividades de la Dirección Nacional de Inteligencia.

En estas reuniones participaron todos los partidos opositores excepto el Partido Aprista Peruano, del ex presidente Alan García, y el fujimorismo, liderado por Keiko Fujimori. Además de negarse a participar en el diálogo, estos últimos partidos impulsaron una moción de censura contra el gobierno liderado por la primera ministra, Ana Jara, para la cual estaban reuniendo firmas en el Congreso unicameral. Varios de los ministros de Humala eran cuestionados por la oposición, que reclamaba, sobre todo, un cambio de actitud en el gobierno.

Algunas de las últimas decisiones del Ejecutivo fueron criticadas por la oposición, que lo acusó de no estar en contacto con la población y que incluso lo calificó de autoritario. Quizás la más importante de estas decisiones estuvo vinculada a la nueva ley de trabajo juvenil, que fue aprobada pese al rechazo de la oposición y de movimientos juveniles, y que después el gobierno se negó a derogar, incluso cuando congresistas oficialistas anunciaron que querían retirar el apoyo que le habían brindado a la norma. Finalmente, la ley fue derogada, pero en el camino el gobierno no sólo ganó críticas sino que además perdió la mayoría parlamentaria por la fuga de congresistas.

El martes, Humala accedió a los pedidos de la oposición y cambió cinco ministros, entre ellos el responsable del Ministerio del Interior, Daniel Urresti, que era cuestionado por el operativo policial que reprimió una protesta contra trabajos exploratorios en busca de gas y petróleo de la empresa PlusPetrol, en el marco del cual murió uno de los manifestantes. Urresti era el ministro más popular del gabinete y su nombre comenzaba a sonar como posible candidato presidencial para las elecciones de 2016.

Después de que se conocieran las destituciones en los ministerios -que incluyeron, además de Interior, Energía y Minas, Mujer y Poblaciones Vulnerables, Justicia y Derechos Humanos, así como Trabajo y Promoción del Empleo-, la oposición anunció que dejaría de juntar firmas para presentar la moción de censura que impulsaba contra Jara.

Una vez que hizo los cambios ministeriales, el propio presidente señaló que le interesa fortalecer el diálogo nacional con todos los partidos, en el marco del cual “se han venido tomando acuerdos por consenso”.

Apristas y fujimoristas no habían confirmado ayer si se integrarían al diálogo nacional, que tendrá una nueva instancia en marzo, pero algunos de sus legisladores dijeron a medios peruanos que los cambios en el gabinete impulsados por Humala son una buena señal hacia la gobernabilidad y el entendimiento.