“Se parece a Luis Alberto de Herrera”, “Mujica no es un caudillo”, “Mujica tiene las características que los uruguayos decimos tener, como la humildad, el espartanismo”, “Mujica no tiene pompa”, cree el historiador Leonardo Borges. A Mujica no le cabe la etiqueta de caudillo porque es inconsecuente, no hace lo que dice. “Plantea cosas que no salen, tira ideas para luego masticarlas y discutirlas”, explicó el historiador. Todo lo contrario a su sucesor, quien “toma decisiones fuertes y las lleva a cabo”. Mujica es más de la negociación, y “tiene la marcha atrás nuevita”, dice y desdice a su gusto, “cosa que no todos los políticos ven bien”, apuntó. Mujica es un “gobernante sui generis”, aunque comparte características con figuras políticas a lo largo de la historia.

Borges colocó a Mujica en la línea de Luis Alberto de Herrera, caudillo blanco que peleó en las revoluciones saravistas de 1887 y 1904 y que, aunque nunca llegó a ser presidente de la República, sí presidió el Consejo Nacional de Administración (CNA) (1925-1927) cuando el país era gobernado por un Poder Ejecutivo bicéfalo. Argumenta que, además del “desencanto” que ambos tuvieron de la idea de utilizar la lucha armada como forma de llegar al poder, “hablaban igual”. “Si uno lee las versiones taquigráficas de [las intervenciones en el CNA] Herrera uno se encuentra con que hablaba bastante parecido al Pepe, utilizaba palabras bastantes coloquiales pero que quedan grabadas a fuego para siempre”. Borges entiende que las frases “sin pompa” de Mujica, bajadas a tierra, le “dicen mucho a la gente”, más que las explicaciones complejas.

Además, Mujica tiene similitudes con Bernardo Prudencio Berro, presidente blanco entre 1860 y 1864, quien “vivía en Manga en una chacra y era muy ascético”. En esa línea también ubicó a José Gervasio Artigas, prócer uruguayo: “La historia oficial lo ha llenado de bronce y mármol, pero si se le saca eso, encontramos un Artigas ascético y popular que llevó al límite una forma de vivir muy humilde y rural”. Otro punto de referencia es el dirigente colorado José Batlle y Ordóñez, presidente en los períodos 1903-1907 y 1911-1915: “No sólo por el electorado obrero que lo sigue, sino también por los proyectos”. “Batlle quería que el Estado tuviera el monopolio del tabaco y el alcohol”, plan que no pudo llevar a cabo, pero que “se parece a lo que quiere hacer el Pepe con lo de la marihuana un siglo después”, apuntó Borges. “Las leyes [aprobadas bajo el gobierno de Mujica], discutibles o no, están de punta en el mundo”, tal como pasó con las planteadas durante el batllismo, agregó.

“Es difícil encontrar un presidente como Mujica”, concluyó, y reflexionó: “El lugar que había ocupado Vázquez en la historia nacional y a nivel internacional fue opacado por el Pepe”.