Es un secreto a voces desde hace meses que Hillary Clinton se prepara para volver a participar en las primarias demócratas, como ya lo hizo en 2007, cuando perdió en la interna frente al actual presidente, Barack Obama. La ex primera dama todavía no declaró oficialmente su intención de ser candidata, y cuando se suponía que iba a hacerlo -en los últimos días hasta se filtraron nombres de sus principales asesores de campaña-, surgió un nuevo escándalo relativo a su gestión como integrante del Ejecutivo de Obama.

Después de que lograra superar las críticas vinculadas con el atentado en contra de la embajada estadounidense en Libia, ocurrido en 2012, se le reprocha que pudo haber violado una ley. Esto se debe a que el diario The New York Times reveló el lunes que durante toda su gestión, Clinton usó un correo electrónico personal para sus comunicaciones como funcionaria y que ni siquiera tenía dirección electrónica oficial. Además, no entregó esas comunicaciones al Departamento de Estado hasta que se las reclamaron, en diciembre, dos años después de dejar el cargo. Según el diario, en noviembre entró en vigor una ley que exige a los funcionarios estatales que usen o hayan usado una cuenta privada enviar a los sistemas de archivo oficiales esos documentos.

El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que Clinton cumplió “con los requerimientos de la ley de registros federales” porque su equipo “revisó sus correos electrónicos y cumplió con la solicitud de enviar todos los correos de su cuenta personal que estuvieran relacionados con sus obligaciones oficiales como secretaria de Estado”.

Earnest aclaró que de todas maneras le corresponde al propio Departamento de Estado hacer una investigación interna para corroborar que la ex funcionaria no haya violado la legislación. Por su parte, el Departamento de Estado informó que Clinton envió todas sus comunicaciones intercambiadas mediante su correo electrónico privado (se trata de unos 50.000 correos), cumpliendo con las normas según las cuales las comunicaciones laborales de los funcionarios deben quedar archivadas.

El ex gobernador de Florida, Jeb Bush, que es hermano del ex presidente George W Bush (2001-2009) e hijo del también ex presidente George HW Bush (1989-1993), y que aparece como el favorito de la primaria republicana, no desperdició la oportunidad de adelantarse a una eventual carrera electoral contra Clinton. El republicano publicó en su cuenta de Facebook un enlace hacia su página web, creada en 2011, en la que publica todos los correos electrónicos que intercambió entre 1999 y 2007, cuando gobernaba Florida. La página contiene un enlace al primer capítulo de un libro sobre el que está trabajando “este año”, basado en esos intercambios ciberepistolares con los ciudadanos, que le valieron el apodo de The e-governor (el gobernador digital). “La transparencia importa. Hillary debería liberar sus correos electrónicos no clasificados. Encontrarán los míos aquí”, dice el post de Bush en Facebook.

Ayer, Clinton habló por primera vez, en Twitter, sobre lo publicado por The New Yok Times. “Quiero que los ciudadanos vean mi correo. He pedido al Departamento de Estado que los publique y me han dicho que los revisarán para publicarlos lo antes posible”, escribió.

Horas antes, la comisión de la Cámara de Representantes que investiga los ataques de 2012 en Libia presentó una solicitud formal para que la ex jefa de la diplomacia entregue todos los correos relacionados con Libia que intercambió durante su gestión.

En familia

Días atrás, Clinton recibió otros cuestionamientos, en este caso vinculados con la fundación de su familia, The Bill, Hillary & Chel-sea Clinton Foundation. Esa organización fue creada cuando su esposo, Bill Clinton, dejó la presidencia, y adoptó el nombre de los tres cuando Hillary dejó su cargo en el gobierno de Obama. La hija de los Clinton, Chelsea, participa activamente en esta fundación con fines filantrópicos y humanitarios en Estados Unidos y en el mundo.

Cuando la ex primera dama fue elegida por Obama para liderar la diplomacia, en 2008, la Fundación Clinton y el gobierno firmaron un acuerdo ético para limitar las donaciones de gobiernos extranjeros. Éste establecía que sólo los gobiernos que habían hecho algún aporte financiero antes del nombramiento de Clinton podían seguir donando y en cantidades similares. Además, quedaba prohibido buscar nuevos contribuyentes.

Ahora la fundación -que publica sus donantes y el detalle de sus cuentas en la web- tuvo que admitir la semana pasada que recibió una donación de Argelia después del terremoto de Haití en 2010, y que al aceptarla violó el acuerdo con el gobierno, porque ese país nunca había donado antes, y su aporte fue recibido sin notificar al Departamento de Estado. “La donación se publicó en nuestra web, pero el Departamento de Estado debió haber sido informado oficialmente”, reconoció la organización en un comunicado.

Aunque vuelve a admitir el error, ante la pregunta de si piensan reembolsar el dinero, la fundación también aclara en su página web que “cada centavo” de la donación fue “directamente” remitido “al pueblo de Haití en un momento crítico” y que “se entiende que no está previsto devolver esa donación”.

En 2013, después de dejar su cargo en el Departamento de Estado, Hillary Clinton se unió formalmente a la fundación. Según publicó The Wall Street Journal, desde entonces la organización aceptó nuevas donaciones millonarias de Alemania, Emiratos Árabes Unidos, Australia, Omán y Arabia Saudita, algo que consta en su página web.

Ya en las audiencias de confirmación como secretaria de Estado, Clinton había sido cuestionada por la oposición con el argumento de que la fundación de su familia podía servir a los gobiernos extranjeros para incidir de manera indirecta en las decisiones tomadas en Washington. Hillary no hizo comentarios sobre este asunto, que está también siendo usado por la oposición republicana para cuestionarla.

“Hillary Clinton debe entregar el resto de sus correos [los republicanos creen que pueden haber quedado algunos sin entregar] y explicar a los estadounidenses por qué usaba exclusivamente un correo privado cuando era secretaria de Estado, mientras en paralelo aceptaba donaciones de gobiernos extranjeros que hacían lobby ante el Departamento de Estado”, dijo el presidente del Partido Republicano, Reince Priebus.

“Si Clinton decide presentarse a la Presidencia, nosotros continuaremos garantizando que las políticas y prácticas de la fundación en lo que respecta a los donantes extranjeros sean apropiadas, tal y como lo hicimos cuando sirvió como secretaria de Estado”, dice un comunicado de la Fundación Clinton.