Tanto en la estimación por hogares como por personas, descendieron los niveles de pobreza e indigencia en todo el país. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística, la proporción de hogares en situación de indigencia se ubicó en 0,2% en 2014, y al tomar como unidad de análisis a las personas, la cifra también presenta una caída, de 0,5% en 2013 a 0,3% para 2014. De acuerdo con el método, un hogar es considerado indigente si el ingreso corriente per cápita es menor que lo que se denomina “línea de indigencia” o de “pobreza extrema”, que equivale al valor de una canasta básica de alimentos, monto mínimo para cubrir las necesidades básicas alimentarias de sus miembros. En cuanto a las personas, se las considera indigentes cuando forman parte de un hogar con cuyos ingresos no se alcanza dicha línea.

Los niños son los más afectados por la pobreza extrema. En particular, los hogares con jefatura femenina presentan mayores niveles de indigencia que los encabezados por varones, fenómeno que se registra en todas las áreas geográficas consideradas.

Por otra parte, la pobreza continúa el camino descendente que transita desde 2006. Durante 2014 y para el total país, la proporción de hogares por debajo de la línea de pobreza se estimó en 6,4%, lo que representa una reducción de 1,4 puntos con respecto a 2013. En este caso, la línea de pobreza se construye con el ingreso mínimo previsto para cubrir las necesidades básicas tanto alimentarias como no alimentarias. La estimación de personas por debajo de dicha línea fue de 9,7%, una cifra 1,8 puntos menor que la estimación de 2013.

En cuanto a la incidencia de la pobreza a nivel país, se observa una distribución heterogénea. La mayor concentración de hogares pobres se ubica en el litoral noreste del país y asimismo, en la capital, donde la proporción alcanza 13,1%. En las localidades urbanas del interior se estima en 9,4% y en el interior rural en 3%. En cuanto al dato de personas pobres, fue de 15,7% para Montevideo, 11,9% para el interior urbano y 3% para la zona rural.

Independientemente de la zona geográfica, se constató, al igual que en la indigencia, que los niños y adolescentes son los más afectados por la pobreza. Las cifras indican que por cada 1.000 niños menores de seis años, 204 son pobres, mientras que por cada 1.000 personas de entre 18 y 64 años, a 76 se las califica como en situación adversa. También se ven mayormente afectados la población afrodescendiente y los hogares con jefatura femenina.