¿Redundante el título? ¿Obvio? Tal vez. Pero expresa un reclamo de los colonienses y, desde esta semana, de ciudadanos que han denunciado ante la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec), la situación ilegal de Radio Colonia y FM Mágica de Colonia del Sacramento.

En la denuncia presentada por Daniel Lema (Asociación de la Prensa Uruguaya) y José Imaz (Centro de Archivos y Acceso a la Información Pública, Cainfo) se detalla un conjunto de irregularidades de larguísima data que se han agudizado en estas últimas semanas por las decisiones de una persona que maneja las emisoras sin que medie autorización previa del Poder Ejecutivo. Es decir, alguien no autorizado está usufructuando unas frecuencias que son patrimonio de todos los uruguayos, sin que medie una concesión del Estado. La Ursec ya estaba investigando el caso de oficio.

El Eco de Carmelo y La Nación de Argentina dieron la noticia. Daniel Hadad, empresario argentino que había vendido un conjunto de importantes medios de comunicación en Argentina hace unos años, habría decidido volver al mercado radial de su país. Y lo intenta con la compra de dos emisoras ubicadas en territorio de Uruguay que, por su ubicación y potencia, le permiten llegar sin inconvenientes a los hogares de Buenos Aires.

La denuncia no es contra el señor Hadad. Tal vez sea una excelente persona y tenga las mejores intenciones del mundo. Por supuesto, tendría que demostrar que es ciudadano uruguayo y que reside permanentemente en Uruguay, como requiere nuestra legislación a cualquier persona que quiera tener una radio. Pero eso es otra historia.

La programación está dirigida desde hace años al público argentino, y quienes figuran ante la Ursec como los titulares tampoco son los dueños reales. Argentinos, ellos. Pero Hadad llegó como elefante en un bazar, cortando contratos con programas y periodistas locales y reconociendo públicamente que es el nuevo dueño. Incluso fundamentando por qué hizo esos cambios en la programación. A confesión de parte, relevo de pruebas.

La constatada ilegalidad de los actuales titulares es muy obvia y grave, y aun más grave porque es antigua y reiterada. Dice nuestra legislación: “La comprobación de la realización de cualquier acto que permita que directa o indirectamente la operación, el funcionamiento o la administración del servicio de comunicación audiovisual estén a cargo de persona no autorizada habilitará la revocación de la autorización o licencia otorgada para prestar el servicio”. Es el artículo 109 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA). Más claro, échele agua.

Este caso tiene que hacernos ver que, desde la aprobación de esa ley (si es que no debería haber estado claro desde antes), quienes tienen el privilegio de acceder a una autorización para utilizar una frecuencia no la pueden ceder, alquilar, vender o transferir de cualquier manera. Como si fuera de su propiedad, tal como un auto o un mueble. Son dueños de las instalaciones de la radio, pero no de la frecuencia, pues ésta nos pertenece a nosotros, los uruguayos, y el Estado la administra en nuestro nombre.

La autorización para que una persona o empresa la utilice es previa a cualquier uso. Se trata de la concesión de un bien público, otorgada para que se utilice en determinadas condiciones técnicas, por determinadas personas y por un plazo determinado. También, volviendo a las obviedades del principio, para que sea utilizada en servicio de la población uruguaya.

Radio Colonia es una emisora uruguaya que de uruguaya tiene poco. Los protagonistas, la publicidad, las entrevistas y los hechos de los que habla son argentinos y suceden en Argentina. Pruebe en las mañanas. Esta misma mañana. Sintonice los 550 MHz de AM. Hay varios servicios online donde también se puede escuchar. Por ejemplo, en http://www.radio-colonia.com.ar/ o http://www.raddios.com/42-radio-colonia#.

Es una excelente oportunidad para que se tome una clara y ejemplarizante decisión. Nada más ni nada menos que en defensa del marco legal vigente y de la soberanía de nuestro país sobre un espectro radioeléctrico que es un patrimonio que nos corresponde proteger.

De paso, el departamento de Colonia podrá recuperar una importante emisora. Luego de concursos transparentes y públicos que la LSCA también exige, se debería otorgar a empresarios uruguayos que honren, como tantos otros, la autorización recibida. Y volver así al origen de todo esto: que los colonienses tengan acceso a radios que pasen música e información local, donde sean ellos mismos los protagonistas y se reconozcan en las noticias de las que la radio habla.