A salto de mata

Aprovechando las ocasiones que depara la causalidad, en este caso. Los gurises salteños se hicieron grandes en pagos canarios. Una victoria clara y categórica para la selección del litoral. Casi desde el inicio se pusieron en ventaja en el estadio Martínez Monegal, para luego, gol a gol, ir cimentando con goles un triunfo amplio. Fue la revancha de la ida, aquella que terminó en empate 2-2 agónico en el Dickinson. Fue la revancha consigo mismo, un año después de caer ante Minas.

Fue a los 3 minutos cuando Agustín Suárez abrió el marcador con el 1-0. Cualquiera que ganara se llevaba el título; si se daba un empate se definía en alargue o por penales. Cerca de la media hora de juego, Rodrigo Fasanello puso el 2-0 para Salto, lo que sería el inicio de una noche personal para el recuerdo. La segunda consecutiva, tal vez, porque Fasanello también fue quien metió el empate en la hora de la primera final. Tenía preparado más. 6 minutos del segundo tiempo, y Rodrigo metió el tercero, y a los 20 del complemento conquistó el 4-0 con hat-trick personal. Un infierno Fasanello, goleador de su equipo en el campeonato con 12 goles. Cuando Emilio Colombo puso el 1-4 para Canelones, restaban 20 minutos de juego. La distancia era mucha. El festejo fue salteño.

Fue por penales y luego de un partido con alargue. Zona Oeste ganó 2-1 en los 90 minutos y forzó la prórroga. El alargue, frío como la noche cerca del mar, no tuvo emociones, entonces quedaron todas en pila y colocadas, una tras otra, desde los 11 pasos. El estadio de Pan de Azúcar esperaba expectante, duro. Tiro tras tiro, con el corazón en la boca. La misma que gritó “campeón” con gestos de inolvidable. Hubo fiesta en el pueblo.

Todo era respeto y estudio en los primeros minutos de partido. Lógico, los dos manejaban fórmulas idénticas: movimientos laterales con el balón para ver qué huecos dejaba el rival y cómo sacar jugo de ellos. A los 10 minutos llegó una jugada por la derecha para Zona Oeste, y Pablo Abbadie cruzó su tiro afuera. No fue un hecho aislado. Esa banda fue elegida por el cuadro de la comarca para atacar a Salto. Tres minutos después, en la siguiente jugada, Santiago Cruz la fue a buscar. Encaró con fuerza animal desde la punta al medio, y en velocidad dejó a varios por el camino. Su tiro a la carrera fue el 1-0. Los mismos nombres se repitieron casi media hora después. Salto atravesaba su mejor momento e insinuaba tirando al arco defendido por Hernández. Zona Oeste se refugió y optó, dentro de su rincón, por no descuidar ni dos centímetros a Jonathan dos Santos. Entonces llegó la respuesta: sacó lejos un defensor local, Abbadie se juntó con la guinda y buscó el fondo de la cancha. Por el medio entraba Santiago Cruz, con las marcas detrás. Tanto tiempo tuvo que la paró, se acomodó y la clavó en el ángulo derecho para el 2-0.

Salto y la rebeldía hicieron un segundo tiempo diferente. La visita fue mucho más protagonista; era previsible, en la intención de buscar el partido y el empate que le diera el campeonato, sin necesidad de alargue o penales. El cambio de Antonio Gómez, quien ingresó por Requelme, le dio dinámica al mediocampo salteño. Comparado con el primer tiempo, fue otro partido. Luego de varios intentos -léase córners, tiros libres, bombazos, jugadas de toque, desbordes y hasta laterales centros-, el visitante encontró su premio. José González entró sin marcas por la izquierda, mientras la pelota estaba a la derecha. Le quedó mansita, descuidada, y el volante no hizo más que tocarla y poner el descuento 1-2.

La tónica del partido ni bajó ni cambió de bando. Pero guapeó en el fondo Zona Oeste y consiguió mantener la ventaja de cara al alargue. Los 30 complementarios fueron con caras ansiosas pero extenuadas. El ritmo bajó muchísimo y las variantes salvaron algo de juego fluido. El alargue, como tercer partido, es una de las formas de liquidar los físicos. Sin aire, sin goles, los penales tomaron el protagonismo de cerrar la noche y gritar “campeón”.

Detalles

Estadio Municipal de Pan de Azúcar Julio César Abbadie. Público: repleto; la fiesta del barrio. Árbitro: Martín Martínez. Asistentes: Marcelo Molinari y Sebastián Montenegro (Canelones del Este).

Zona Oeste (2)(2): José Emilio Hernández (seguro); Matías Marrero (trilla), Yohany Hernández, Alejandro Machado y Marcelo Ramos; Gabriel Bacetti, Mario Pucheta y Juan Elizondo (85’ Diego Ramos); Facundo Cabrera (10) (98’ Martín Castellanos); Pablo Abbadie y Santiago Cruz (75’ Eric Martínez). DT: Sergio Hernández.

Salto (1)(4): Carlos Regueira; Javier Gómez, Elbio Conti, Matías Flores y Franco da Silva; Fabio Rondán (107’ Marcelo Menoni), Richard Requelme (55’ Antonio Gómez, cambió el partido), Luis Facio (91’ Fabricio Añasco) y José González; Alexander Píriz (sí), Jonathan dos Santos (marcado). DT: Ramón Rivas.

Goles: 13’ Santiago Cruz (ZO) fuerte y abajo, a la carrera, imposible para Regueira; 37’ Santiago Cruz (ZO) definió al ángulo el mano a mano; 73’ José González (S) tocó en corto dentro del área chica.