Ayer en la sala Zitarrosa, y después de que la Orquesta Juvenil del SODRE presentara un par de temas, las recientemente designadas autoridades del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) presentaron las metas de gestión para el quinquenio. En palabras de quien preside el organismo, Wilson Netto, en la educación pública trabajan 60.000 personas y otras 700.000 entran y salen a diario de los centros educativos públicos, por lo que su gestión “no se resuelve como la de un almacén”.

El jerarca habló de la necesidad de romper con la “dinámica centralista” del gobierno de la educación y aseguró que el Codicen se debe limitar a coordinar las políticas. Según Netto, los últimos diez años “de acumulación” en el país permiten que hoy se puedan plantear metas más ambiciosas, como la universalización de la escolarización de niños de tres años y de la educación media.

La también integrante del Codicen propuesta por el Poder Ejecutivo, Laura Motta, aseguró que la “tendencia” de acercarse al 6% del Producto Interno Bruto de presupuesto para la educación traerá aparejada la exigencia de metas y evaluaciones a la asignación de cada organismo. Motta dijo además que se necesita “una educación personalizada” y marcó la necesidad de crear “nuevos roles docentes para el acompañamiento”.

Teresita Capurro, delegada en el Codicen electa por los docentes, se dirigió a “algunos medios” que afirman que “los sindicatos gobiernan la educación” y que ella y Néstor Pereira son “un brazo de la organización sindical”. Capurro negó esa acusación e invitó a quienes la sostienen a que consulten las actas del consejo, y agregó que si respondiera a los gremios estaría violando la autonomía de la ANEP.