Tras confirmarse que el cambio climático es irreversible -en todo caso, mitigable-, los países más desarrollados revolucionaron sus procesos industriales al dar lugar a lo que se conoce como Producción Más Limpia, con la intención de minimizar la producción de residuos, maximizar la elaboración de productos y, al mismo tiempo, reciclar lo que sobre de ese proceso. Invitada por la Unión de Exportadores del Uruguay, Marise Keller, experta en este tipo de procesos, disertó ayer ante un auditorio conformado por parte del empresariado del sector y la ministra de Industria, Energía y Minería, Carolina Cosse. Desde un principio, la brasileña sostuvo que incorporar esta lógica en las empresas “no es fácil”, pero la jerarca agregó que “es un tema inevitable si queremos desarrollar la industria”.

La Producción Más Limpia llegó a Uruguay en 2005, con la creación del centro homónimo y mediante la financiación de la Universidad de Montevideo, el Fondo Multilateral de Inversiones y el Banco para el Desarrollo Iberoamericano. A partir de un programa piloto que involucró a 34 empresas (24 pequeñas y medianas, y diez grandes) se concluyó que la implementación de estos procesos ecoeficientes es rentable: la inversión se recupera en los primeros diez meses de implementado el cambio, y el ahorro de insumos y materias primas es notable: la reducción del consumo de energía fue de 8%; la de agua, de 20%; la de volumen de desperdicios y residuos producidos, de 35%.

Keller, que estuvo involucrada en el programa y es actualmente la coordinadora del centro, sostuvo que las empresas uruguayas “tienen claro que para ser productivas tienen que ser ecoeficientes”. En este sentido, resaltó la importancia de que la autoridad ambiental “reconozca” de alguna manera su intención, porque la ecoeficiencia, “sea tecnológica o no, es innovación”, y esto “aumenta la competitividad” de las empresas.

Según dijo, es “importante” que la autoridad ambiental “fije fechas para objetivos concretos”, como lo viene haciendo la Unión Europea, que se ha propuesto reducir la reutilización y el reciclado de residuos municipales a 70% para 2030 y, en la misma línea, prohibir el depósito de vertederos de plásticos, metales, papel y cartón reciclables y residuos biodegradables para 2025. Si bien “estamos lejos de eso”, sugirió a los jerarcas ambientales implementar “un mercado de materias primas secundario” en el que se vendan como de “segunda calidad” pero con la precaución de “fijar los estándares”.

Lógica empresarial

En el contexto de la economía circular se busca, mediante el reciclaje y la reutilización, que las materias primas se queden por más tiempo en el ciclo productivo. Según Keller, lo primero que debe preguntarse una empresa que quiere llevar a cabo un cambio de este tipo es por qué produce residuos, localizar dónde y buscar la manera de revertirlo.

Los costos de producir residuos son un “proceso paralelo” en los costos totales de la empresa, ya que tienen sus propios costos de gestión, documentación, caracterización, almacenamiento y traslado, además de los honorarios del profesional responsable y de los costos de producción. Al buscar reducirlos, Keller observó que es “fundamental” que la empresa cuente con “indicadores de su gestión de residuos” y que “evalúe sus procesos con frecuencia”.

Cambio de realidad

Cosse consideró que la producción más limpia es una “gran oportunidad de generar una nueva industria, una industria ambiental” que se focalice en “los temas del medioambiente”. Según dijo, “Uruguay ya tiene el marco legal” para aplicarla, producto del trabajo de la cartera que dirige y de los ministerios de Ganadería, Agricultura y Pesca y Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, y que “es la base sobre la cual seguir trabajando en proyectos concretos”.

Afirmó que este tipo de políticas “son parte de las que va a impulsar fuertemente” su ministerio en estos años. Adelantó, puntualmente, que la cartera convocará esta semana a empresas, trabajadores, la academia y a organizaciones de la sociedad civil a dos mesas de trabajo -una se focalizará en energía y otra en inteligencia artificial- y que se pretende que a partir de estos encuentros “se concreten proyectos”.

En la primera mesa se presentará el Plan Nacional de Eficiencia Energética, después de que lo apruebe el Poder Ejecutivo -la ministra estimó que esto ocurrirá “en breve”-, para que los convocados manifiesten, cada uno desde su perspectiva, las eventuales “limitaciones” que podrían encontrar en su implementación. En cuanto a la mesa de inteligencia artificial, Cosse dijo que se procurará que se focalice en “la gestión moderna de empresas de todos los tamaños” y que lo que se busca es “que los que saben de esto nos digan qué es lo que se necesita para desarrollarlo en Uruguay”.