En la última ronda de negociaciones del Acuerdo de Liberalización del Comercio de Servicios (TISA, por su sigla en inglés), Estados Unidos propuso dar “un impulso político” a las negociaciones. Hasta ahora éstas se han desarrollado a nivel técnico. En abril se sugirió organizar una reunión de ministros de los países integrantes del TISA, aprovechando el encuentro de ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que se realizará en París el 3 y 4 de junio. La OCDE nuclea a 34 países, la mayoría europeos, aunque hay también latinoamericanos, como México y Chile. La mayoría de ellos participan simultáneamente en las negociaciones del TISA, aunque hay países que discuten el acuerdo de servicios y no están en la OCDE, como Uruguay, Colombia, Costa Rica, Paraguay y Perú.

El gobierno uruguayo resolvió participar en esa reunión en París, aunque todavía no definió a quién enviará. Según explicaron fuentes del oficialismo a la diaria, una posibilidad es que asista el propio canciller Rodolfo Nin Novoa, aunque también se evalúa enviar a un funcionario de menor jerarquía, como el embajador uruguayo ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), Francisco Pírez, o el embajador uruguayo en Francia, Omar Mesa.

El viernes, Nin Novoa respondió a una carta pública firmada por intelectuales y políticos de izquierda -entre ellos dos ex ministros del gobierno que ingresó al TISA, Roberto Kreimerman y Daniel Olesker- que cuestionaba el “secretismo” de las negociaciones y sostenía que el acuerdo va contra el desarrollo nacional. El canciller dijo a radio Rural que el ingreso al TISA no fue “idea de este gobierno”, sino que “se discutió en el Consejo de Ministros en 2013”. Sostuvo que no hay “ningún secretismo” y que “ningún tratado” se discute “a través de la prensa”. “Es muy temerario decir que se está en contra del TISA cuando no se sabe cuál es el alcance que va a tener”, cuestionó Nin.