Una persona que estaba en situación de calle falleció en la madrugada del domingo. Si bien no están los resultados de la autopsia, se presume que murió por hipotermia. “Fue una situación trágica de la que nos hacemos responsables”, expresó ayer Marina Arismendi, titular del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), tras finalizar el Consejo de Ministros. La jerarca detalló que la persona ya había estado en refugios pero tenía perros, y explicó que si bien durante el primer quinquenio del Mides se había creado, junto al Cottolengo Don Orione, un refugio con perrera, no había resuelto la resistencia de quienes vivían en calle, porque uno de los problemas de fondo es la ruptura de los vínculos sociales.

Arismendi aseguró que éste “es un tema de altísima prioridad”. Precisó que hay cerca de 500 mujeres y niños que viven en refugios de todo el país y que se trabajará con las intendencias -particularmente con la de Montevideo, que es donde se concentra el mayor número- para que pasen a vivir en casas de medio camino, en pensiones sociales, “en hogares protegidos para que esos niños puedan tener una inclusión social diferente”. Por otra parte, mencionó que hasta ahora existen cuatro casas de medio camino para personas con patologías psiquiátricas (administradas por el Mides y la Administración de los Servicios de Salud del Estado) y anunció: “Nosotros tenemos pensado y estamos conversando con [el Ministerio de] Salud Pública para tender más a ese modelo de atención”, lo que implica contar con los recursos humanos y económicos necesarios.

En cuanto a la administración de los recursos, Arismendi opinó que la ley de faltas “es un tema que vamos a tener que revisar, porque aunque en el refugio destinado a la ley de faltas en general no tenemos personas, lo tenemos que tener abierto porque la ley lo exige”, mientras que algunas noches faltan cupos en otros lugares.

Hay 1.760 cupos en refugios para atender a tres poblaciones, explicó a la diaria Mayra Aldama, responsable de la Dirección Nacional de Protección Integral en Situaciones de Vulneración del Mides. 1.000 de esos cupos son para varones y mujeres (sin hijos) que están en situación de calle; 500 para mujeres con niños, generalmente por situaciones de violencia doméstica o “de privación material extrema”, y 260 para personas que requieren cuidados permanentes (personas en dependencia física, en estado de recuperación luego de una enfermedad aguda o con problemáticas mentales que viven en casas asistidas).

Si bien “la demanda fluctúa mucho”, Aldama mencionó que el nivel de ocupación es alto. Con la llegada de los fríos el Mides evalúa si se requieren más cupos. Agregó que una posibilidad es “trabajar más aceleradamente en la derivación hacia otros lugares de las personas que atraviesan situaciones específicas de cuidado permanente”.

Respecto de la ley de faltas, Aldama expresó que hay una puerta de entrada a la que la Policía conduce a las personas que están pernoctando o acampando en espacios públicos (si ya fueron intimadas dos veces a abandonar el lugar, domo dice la ley). Especificó que son dos refugios, con 45 cupos cada uno y que no llegan a colmarse. No obstante, mencionó que cuando hay sobredemanda de cupos en otros refugios, se utilizan esas plazas vacantes.